Fotosíntesis inversa, el futuro de las energías renovables
La fotosíntesis inversa podría suponer el futuro de las fuentes de energía alternativas. En este artículo os explicamos en qué consiste.
9 abril, 2016 12:03Noticias relacionadas
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Como sabéis, las plantas son seres autótrofos, o lo que es lo mismo, organismos capaces de fabricar su propio alimento a partir de sustancias inorgánicas.
Para ello se valen de un mecanismo denominado fotosíntesis, que utiliza como fuente de energía la luz del Sol. Este proceso ha sido muy estudiado por los científicos, que han llegado a conseguir reproducirlo en el laboratorio, pero lo que no se les había ocurrido hasta hace poco es hacer lo mismo, pero en dirección contraria.
Así, utilizando la biomasa elaborada por las plantas, se podría obtener energía de una forma limpia y rápida, con todas las consecuencias beneficiosas para la humanidad que eso conllevaría. Esto es lo que ha conseguido un grupo de investigadores daneses, cuyos resultados han sido recientemente publicados en Nature Communications.
¿Qué es la fotosíntesis?
Si recordáis la época de conocimiento del medio en el cole, la fotosíntesis es el proceso a través del cual las plantas llevan a cabo su nutrición.
Para empezar, absorben dióxido carbono del aire que captan con ayuda de su hojas y, junto al agua tomada del suelo gracias a sus raíces, forman glucosa.
Este es un proceso que requiere un gasto de energía, por lo que se encargan de captar la luz del Sol con ayuda de la clorofila, una sustancia contenida en las hojas que, a través de una cadena de transporte de electrones, ayuda a generar la energía necesaria para el proceso. Además, esta sustancia también es la responsable del color verde de las hojas de las plantas.
En qué consiste la fotosíntesis inversa
La teoría del proceso de fotosíntesis inversa surgió a raíz de la necesidad de un proceso capaz de obtener energía útil y limpia para la industria. Estos investigadores cayeron en la cuenta de que, en caso de poder revertir el proceso, la biomasa creada por las plantas podría servir para liberar energía y otros productos químicos.
Para tratar de lograrlo, investigaron el uso de la monooxigenasa, una enzima natural muy utilizada en la industria, debido a su capacidad para producir biocumbustibles, entre otras sustancias. Para funcionar correctamente, esta enzima necesita tomar electrones directamente de una molécula donadora, ¿y cuál es uno de los mejores donantes de electrones que se encuentran en la naturaleza? La clorofila
Por lo tanto, al igual que en la dirección contraria, la luz del Sol es muy importante; ya que, de nuevo, todo comienza con la clorofila.
Lo que viene después es básicamente un proceso totalmente contrario al de la fotosíntesis: la monooxigenasa digiere la biomasa producida por las plantas y, en el transcurso de esta operación, se libera energía.
En realidad, aunque los científicos acaben de descubrir este proceso, no han sido pioneros, ni muchísimo menos, ya que otros seres vivos, como algunos hongos parásitos de las plantas llevan toda la vida realizándolo.
Todo esto en condiciones normales tarda unas veinticuatro horas, pero bajo la luz del Sol basta con cinco minutos; por lo que, si se consigue optimizar, podría suponer una fuente alternativa, rápida y limpia para obtener energía sin terminar de cargarnos el planeta. Sin duda, sería una gran noticia.