Nariz electronica

Nariz electronica

Tecnología

Cómo funciona una nariz electrónica

Tenemos ojos electrónicos, manos robóticas... hasta cerbros artificiales. Pero todavía nos falta una nariz electrónica, por suerte estas están al caer.

19 abril, 2016 19:10

El olfato es el sentido que más nos está costando desarrollar electrónicamente, pero lo estamos consiguiendo gracias a una tecnología muy ingeniosa.

Nuestro sentido del olfato es capaz de detectar, analizar y proporcionarnos una reacción emocional antes diminutas partículas de casi cualquier sustancia que se encuetren suspendidas en el aire. La malla de receptores olfativos y conexiones nerviosa que capan y envían esta información al cerebro aún no ha sido replicada de forma electrónica, y eso que uno pensaría que es un sentido mucho más simple que, por ejemplo, el de la vista. Pero no, aún no tenemos una nariz electrónica decente.

Para entender por qué no tenemos aún una nariz electrónica y cómo funcionarán estas cuando lleguen en el futuro, primero debemos entender cómo es el olor y qué significa oler desde un punto de vista científico y riguroso. Para hacer esto, claro, miraremos primero a las características que tiene una nariz y cómo podemos replicar de forma electrónica aquellas características que son importantes para poder oler y conseguir así crear una nariz electŕonica.

Qué significa oler, explicado de forma sencilla

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De una forma sencilla oler significa reconocer los distintos compuestos químicos que se encuentran en suspensión en el aire. Nuestra nariz no es sensible a todos los compuestos sino solo a algunos, que son los que detectamos como compuestos olorosos, por ejemplo el que desprender una bolsa de basura llena de pescado después de dos días al Sol, a ese tipo de compuestos somos muy sensibles.

El problema es que cuesta mucho detectar estas partículas en suspensión y las medidas son siempre destructivas. De hecho uno de los mayores problemas que existen es que los detectores de partículas en suspensión, que es lo más parecido que tenemos en producción masiva a una nariz electrónica, es que son muy específicos y no son capaces de detectar la variedad de partículas que pueden detectar nuestros sistemas olfativos. Bueno, y que además esta “nariz electrónica” es que suelen ocupar mucho espacio y tardar mucho en realizar análisis.

MEMS, el secreto de la nariz electrónica del futuro

nariz

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Sin embargo, gracias a los MEMS (Systemas MicroElectrónicos Mecánicos) todos estos problemas se podrán solucionar. Estos dispositivos son pequeños aparatos electrónicos que son capaces de producir micromovimientos que luego pueden ser utilizados para analizar muestras incluso nanoscópicas. En el caso de la nariz electrónica, estaríamos hablando de un pequeño brazo metálico impregnado en una sustacia pegajosa que cuando atrapa una molécula en suspensión vibra. Estas vibraciones son diminutas y hace falta un sistema muy ingenioso para poder medirlas y analizarlas.

Para medir estas vibraciones se hacer pasar un láser que se refleja varias veces en esta capa metalica. En función de la posición y velocidad de la chapa la luz al final del recorrido tiene unas propiedades u otras y esto puede medirse y analizarse para obtener el tipo de partícula que quedó pegada en el sensor de nuestra nariz electrónica.

A partir de aquí las posibilidades son ilimitadas. Desde poder detectar con un pequeño aparato electrónica cuándo la comida se está descomponiendo hasta iarnosticar enfermedades al instante con tan solo respirar en un medidor pasando por devolver el sentido del olfato a cualquiera que lo haya perdido. Una nariz electrónica puede suponer un gran avance para la vida que vivimos y hacer que nuestro día a día sea mucho mejor y más cómodo.