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Tecnología

1 minuto de ejercicio intenso te beneficia tanto como 45 minutos suaves

Un minuto de ejercicio intenso produce los mismos efectos que 45 minutos de intensidad moderada. ¿No os lo creéis? Lo ha demostrado un estudio científico.

29 abril, 2016 17:29

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Reconocedlo. La excusa que más usáis a la hora de no hacer ejercicio es la falta de tiempo.

La verdad es que a veces no es sólo una excusa; sino que, realmente, con la cantidad de cosas que tenemos que hacer a lo largo del día, ejercitarnos suele ir pasando a un segundo plano, de ahí a un tercero y así hasta que llega un punto en que no quedan planos en los que meterlo.

Por eso, los resultados obtenidos en un estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de McMaster suponen un gran alivio a los que de verdad que queremos ejercitarnos, pero la rutina diaria no nos lo permite. Y es que, según ellos, un solo minuto de ejercicio muy intenso puede sustituir perfectamente a 45 minutos de ejercicio moderado. Sí, habéis leído bien, ¡un minuto!

Un minuto de ejercicio intenso, la versión mejorada de los entrenamientos en intervalos

deporte

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Como sabéis, muchos atletas llevan a cabo entrenamientos compuestos por intervalos de pocos minutos en los que realizan ejercicios de gran intensidad, aunque los suelen complementar con otras rutinas más largas compuestas por ejercicios más moderados.

Sin embargo, estos científicos han demostrado que si no somos atletas profesionales y simplemente lo que queremos es estar en forma, no es necesario recurrir a los ejercicios más largos. ¿Pero cómo han llegado a esta conclusión?

Un minuto de ejercicio intenso contra 45 minutos moderados

bici

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Para la realización del experimento, tomaron a 25 voluntarios varones jóvenes en baja forma física (en un futuro lo quieren repetir con mujeres), a los que realizaron una serie de pruebas iniciales para medir sus aptitudes aeróbicas y su estado de salud. Para esto último se utilizó como marcador la capacidad de su cuerpo para emplear correctamente la insulina en la regulación de los niveles de azúcar. Además, también se sometieron a una biopsia muscular que pretendía analizar el estado en que se encontraban sus músculos antes de la realización del ejercicio.

A continuación se los dividió en tres grupos, de los cuáles los del primero no cambiaron en nada sus rutinas habituales de ejercicio (vamos, que apenas se ejercitaron), los segundos practicaron 45 minutos de bicicleta estática a una intensidad moderada, con dos minutos de calentamiento y tres de enfriamiento,  y los últimos realizaron intervalos muy cortos. Para llevar a cabo estos intervalos, tuvieron que hacer dos minutos de calentamiento en la bici estática, veinte segundos de pedaleo lo más rápido posible, pedaleo despacio durante otros dos minutos, una repetición de veinte segundos de pedaleo frenético, pedaleo despacio dos minutos más, un último empujón de veinte segundos de pedaleo muy intenso y tres minutos de enfriamiento. Por lo tanto, en total habían practicado diez minutos de ejercicio de los cuáles sólo un minuto había sido de gran intensidad.

Estos procedimientos se repitieron tres veces a la semana durante doce semanas, tras las cuáles se procedió a comprobar los resultados, que resultaron ser extremadamente sorprendentes. Lógicamente, el primer grupo no había mostrado mejorías ni en su forma física ni en su estado de salud. Sin embargo, tanto el grupo del ejercicio moderado largo como el de los intervalos cortos e intensos mostraron un estado muy similar en ambos factores.

Por lo tanto, de aquí se deduce que no es necesario hacer una hora de ejercicio para obtener resultados y que, sin duda, poco ejercicio siempre será mejor que ninguno. A ver qué excusa nos buscamos ahora…