fobia

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10 fobias que no te creerás que mucha gente sufre

Os enseñamos diez fobias curiosas que quizás no habíais escuchado nunca. ¿Conocéis algunas más?

2 mayo, 2016 20:12

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Casi todos le tenemos miedo a algo.

El que diga que no tiene miedo a nada probablemente sufra una terrible fobia a decir la verdad, porque es prácticamente imposible no sentir nunca ningún temor.

Sea como sea, si hay algo que temáis, no tenéis por qué avergonzaros. El miedo no es malo, simplemente es una forma de estar  en alerta ante ciertas situaciones que podrían ser peligrosas y, de hecho, nos ayuda a prestar más atención a ciertas prácticas de riesgo. El problema llega cuando el temor nos paraliza hasta el punto de influir negativamente en el transcurso normal de nuestras vidas. En ese caso estaríamos hablando de una fobia preocupante y sería necesario tratarla con ayuda psicológica. 

¿Conoces estas fobias curiosas?

miedo

miedo

Probablemente, al hablar de fobias os vengan a la cabeza las más comunes: la fobia a las arañas, a las alturas, a los sitios cerrados, a la oscuridad… Sin embargo, existen otras muchas que, aún siendo menos conocidas, afectan a una cantidad de gente tan grande que os sorprendería. Algunas de las más curiosas son las siguientes:

1. Hipopotomonstrosesquipedaliofobia

maquina escribir

maquina escribir

¿Fobia a los hipopótamos? ¿A los monstruos? ¿A pedalear? Nada de eso. Se trata de la fobia que sienten algunas personas a la simple pronunciación de palabras largas o excesivamente complicadas de vocalizar. La base del miedo de estas personas reside en la posibilidad de pronunciar mal estos vocablos durante una conversación, algo que los haría quedar expuestos a un supuesto ridículo que les atemoriza.

Desde luego, lo que está claro es que a quién quiera que fuese la persona que le puso el nombre a la fobia le gustaba mucho el cachondeo, ¿verdad?

2. Omfalofobia

ombligo

ombligo

Ojo con el nombre de esta fobia, que si le eliminamos las dos primeras letras se convierte en otra algo más conocida. Pero la omfalofibia no tiene nada que ver, ya que hacer referencia al miedo patológico a los ombligos. ¿Pero cómo se manifiesta?

Las personas que padecen esta fobia sienten una mezcla de miedo y asco ante la visualización de un ombligo ajeno e incluso del propio. De hecho, son incapaces de tocar su propio ombligo y sufren ataques de pánico cuando alguien intenta tocárselo.

Puede ser de diferente gravedad. Por ejemplo, hay personas que sólo experimentan la fobia al ver su propio ombligo o el de alguien en persona, mientras que otras lo hacen también al verlo en fotos, por lo que tendrían que evitar el Playboy, la Superpop, el Hola en verano…

3. Ergofobia

ordenador trabajo

ordenador trabajo

Antes de nada, queremos dejar claro que al hablaros de esta fobia no pretendemos daros la mejor excusa de vuestra vida, sino informaros sin más.

Y es que esta fobia, bastante poco conocida, consiste en el miedo patológico al trabajo o el lugar en el que se trabaja. De hecho, cuando estas personas entran en contacto con su trabajo, pueden sufrir taquicardias, sudoración, temblores e incluso ataques de pánico. Es un trastorno que necesita ayuda psicológica y que no debe confundirse con la vagancia, que está bastante más extendida y se cura obligando a trabajar al afectado.

4. Hagiofobia

santo

santo

Esta fobia sería la condena de un sevillano o cualquier otra persona que viviese en un lugar donde sea frecuente la celebración de procesiones; ya que consiste en el miedo injustificado a los santos, los objetos sagrados y las personas que los veneran.

Hasta el punto que, por ejemplo, se sienten perturbados si escuchan hablar del Vaticano. En este caso no debemos confundirlo con el ateísmo, ya que estas personas no creen en dioses, santos ni objetos sagrados pero pueden pasar junto a ellos sin encontrarse mal. Al menos no mucho.

5. Philemaphobia

beso

beso

Las personas afectadas por esta fobia experimentan un miedo horrible cuando  les intentan besar. No les pasa nada cuando alguien los saluda dándoles dos besos o cuando su madre les besa en la frente, pero si alguien les roba un beso en los labios pueden llegar incluso a desmayarse. Y no precisamente del gusto.

6. Catisofobia

sentado

sentado

La catisofobia, también conocida como taasofobia, es el miedo irracional a sentarse. Normalmente esta fobia se debe a un trauma previo, relacionado con secuestros o torturas en los que el afectado sufrió mientras estaba sentado; de modo que, una vez liberado, sigue experimentando pavor con cualquier situación que implique sentarse.

Lógicamente, es una fobia que exige ser tratada cuanto antes, ya que influye muy negativamente en la calidad de vida de estas personas. Imaginad como sería no poder sentaros nunca.

7. Nomatofobia

candados

candados

Esta curiosa fobia hace referencia a las personas que sienten un gran temor al escuchar o pronunciar nombres propios. Si conocéis a alguien sospechoso de padecerla, animadlo a intentar solucionarlo cuanto antes si no quiere acabar llamando a sus hijos según el lugar en el que hayan nacido. “¡Número dos, a comer!”

8. Leucofobia

Nieve

Nieve

 

Esta es la peor fobia que podría sufrir alguien nacido en Alaska, ya que consiste en el temor irracional a cualquier cosa de color blanco, desde la nieve hasta las batas de los médicos. ¿Os habéis parado alguna vez a pensar la cantidad de cosas blancas que nos rodean? Los leucofóbicos sí que lo han hecho. ¡Y son muchas!

9. Hedonofobia

sexo

sexo

Esta fobia puede que haya mandado a más de una al convento, ya que hace referencia al miedo al placer. Por lo tanto, estas personas se sienten extremadamente culpables cuando sienten placer, no sólo carnal, sino también asociado con la comida, la música, la lectura o cualquiera de las muchísimas situaciones en las que sentimos esa agradable sensación.

Todo esto se debe a que creen que está mal sentir placer mientras que otras muchas personas a su alrededor lo están pasando mal. Desde luego es una causa muy noble, pero es importante hacerles ver que sufriendo nosotros no conseguiremos ayudar a los que sufren, por lo que la ayuda psicológica en estos casos también es muy importante.

10. Aurofobia

oro

oro

Desgraciadamente, con los tiempos que corren, a lo mejor alguno de nosotros padecemos esta fobia y ni siquiera nos hemos dado cuenta, ya que consiste en el miedo anormal al oro, que no es precisamente el material con el que más contacto solemos tener.

Y desde luego, eso es lo que buscan los aurofóbicos, no tocar ni ver este metal precioso, pues cuando lo hacen experimentan una gran ansiedad, acompañada de pánico, escalofríos y dificultad para respirar.

Leer sobre estas fobias seguro que os ha arrancado más de una sonrisa y, aunque es verdad que algunas resultan muy curiosas, no debemos olvidar que las personas que las padecen lo pasan tremendamente mal, por lo que es importante apoyarles y animarles a visitar a un psicólogo, que a través de terapias de choque y estudios de aversión, en los que poco a poco entran en contacto con el origen de sus miedos, pueden lograr vencer su temor y llevar a cabo una vida normal. La peor de las fobias es tenerle miedo al miedo, así que nunca dejéis que el temor os paralice.