Las manchas oscuras de Marte serían... ¡agua hirviendo!

La obsesión humana por buscar un lugar donde vivir cuando nos carguemos nuestro planeta no tiene límites.

Por eso, uno de los objetivos más importantes de aquellos científicos que se dedican a la astronomía es la detección de planetas con condiciones similares a la Tierra; que, por lo tanto, puedan albergar vida. ¿Y cuál es una de las condiciones principales para que esto ocurra? Exactamente, la presencia de agua.

Un estudio del año pasado demostró que las curiosas manchas oscuras que se observan durante algunos periodos de tiempo sobre la superficie de Marte podrían estar causadas por agua, ¿pero cómo pudo ocurrir? Las condiciones atmosféricas del “planeta rojo” no tienen nada que ver con las nuestras, por lo que resulta muy difícil predecir el comportamiento del agua, que no será sometida a los cambios físicos del mismo modo que lo hace aquí. Sin embargo, gracias a un modelo experimental, un grupo de investigadores encabezado por Marion Massé, de la Universidad de Nantes, parece haber obtenido la respuesta a este misterio.

Agua hirviendo en Marte, el origen de las manchas oscuras del planeta

Llevarse un laboratorio de experimentación a Marte no es tarea fácil, por lo que estos científicos han llevado a cabo sus investigaciones desde la Tierra, utilizando una instalación a la que han bautizado como “Cámara de Marte”, que reproduce fielmente las condiciones del planeta vecino, siendo lo más importante la presencia de una presión atmosférica muy baja.

Más allá de la necesidad de condiciones especiales, el experimento fue muy simple, ya que sólo consistía en la colocación de un bloque de hielo sobre una ladera arenosa, como las que se extienden por Marte; todo ello a una temperatura de aproximadamente 20ºC centígrados y en presencia de salmueras.

Si ese procedimiento se llevase a cabo en la Tierra, poco a poco el hielo se derretiría, dando lugar a agua líquida, que apenas produciría cambios perceptibles, pero en estas condiciones especiales ocurrió algo muy diferente, ya que la baja presión hizo que el agua hirviera directamente, sin casi pasar por estado líquido, de modo que el vapor resultante comenzó a arrastrar la arena, produciendo unas grietas muy similares a las que se ven en el Planeta Rojo.

Aunque pueda parecer un paso pequeño, este descubrimiento supone un gran avance en la búsqueda de habitabilidad en un planeta tan conocido como Marte y demuestra que a la hora de comprender las condiciones marcianas deben tenerse en cuenta conjuntamente la presión y la temperatura. Sólo así puede que algún día descubramos por fin que no somos los únicos seres vivos a lo largo del Universo.