Por qué el núcleo terrestre es más joven que la corteza, aunque se formaron a la vez
El núcleo terrestre es más jóven que la corteza, debido a la relatividad. Si quieres saber cuál es la diferencia y entender por qué, entra aquí
7 mayo, 2016 18:00Noticias relacionadas
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La Tierra, nuestro planeta, está compuesto por varias capas que principalmente se agrupan en corteza, manto y núcleo. Debido a la diferencia de masa entre el interior y el exterior de la Tierra, el núcleo terrestre es más joven que la corteza, a pesar de que ambas capas se crearon prácticamente a la vez. Parece magia, pero no, es ciencia.
El secreto reside en las propiedades del espacio tiempo que explica Einstein en su teoría de la relatividad general. Según este tratado (y así lo evidencias las pruebas que tenemos) cuanto más intenso es el campo gravitatorio, más lento pasa el tiempo en ese punto del espacio; y por eso el núcleo terrestre es técnicamente la parte más joven del planeta azul.
El núcleo terrestre, un joven con mucha antigüedad
Según las teorías más aceptadas por el momento la Tierra se formó por la aglomeración de materia que giraba alrededor del Sol. Una vez se creó una gran bola de roca fundida, esta comenzó a enfriarse, empezando por el exterior, hasta poder albergar vida “inteligente”. Esta corteza externa sirve además como protección térmica del manto y el núcleo terrestre, que permanecen aún a grandes temperaturas. A medida que uno desciende hacia el centro de la Tierra la gravedad varía y encontramos grandes corrientes de magma.
Esta mezcla de velocidad y (sobre todo) variación en la gravedad, hacen que el tiempo pase de forma diferente en la superficie de lo que lo hace en el núcleo terrestre. Esto se transforma en un núcleo terrestre que es más joven que la corteza, a pesar de haber sido creados ambos en el mismo momento. Un dato cuanto menos curioso que nos recuerda que las cosas no son realmente lo que nos parecen. En concreto, en este caso, la diferencia de edad es de dos años menos para el núcleo terrestre que para la corteza, lo cual tampoco es demasiado en la escala de tiempos del Universo.
El manto terrestre es más joven, pero esto no nos afecta
Esto significa que si dos relojes se hubieran colocado desde el principio en el núcleo terrestre y en la corteza, hoy habría una diferencia de exactamente 2.49 años entre ambos; una diferencia real y medible. La realidad es que puesto que no había nadie para colocar dicho reloj, ni siquiera podemos llegar al núcleo terrestre, esta diferencia no nos afecta para nada. Incluso desde el punto de vista geológico, 2.5 años es una diferencia despreciable en comparación con la edad de la Tierra, pero el dato es más que curioso.
Este mismo efecto es el que afecta a los satélites (como el GPS) que orbitan fuera de la atmósfera terrestre y que necesitan de correcciones relativistas para no perder su precisión. Este tipo de datos que son publicados en revistas científicas incluso (como el caso concreto del núcleo terrestre) nos ayudan a darnos cuenta que la “teoría” de la relatividad es más que una teoría y que la naturaleza es tan rara que dos cosas, aunque empiecen y acaben a la vez, pueden tener edades diferentes.