¿Sabías que las obras de ficción son buenas para tu cerebro?
Un psicólogo-novelista nos demuestra cómo la relación entre la ficción y el cerebro, ya sea en forma de literatura o visionado, es muy positiva.
20 julio, 2016 19:09Noticias relacionadas
Un psicólogo-novelista nos demuestra cómo la relación entre la ficción y el cerebro puede tener una gran repercusión de forma positiva.
¿Quién no ha soñado alguna vez que vivía junto a sus personajes favoritos de alguna novela de fantasía? El ser humano no conforme con este mundo, diseñó millones de realidades que se plasmarían en el fantástico mundo de los libros de ficción; novelas de misterios sobrenaturales, universos donde habitan criaturas únicas o colegios donde imparten magistrales clases de hechicería.
Tanto en la gran pantalla cómo en papel, la elección de la realidad ficticia frente a la actual es un tema que da bastante que hablar. A primera vista, la narrativa fantástica es inofensiva, potencia nuestra imaginación, agudiza nuestro ingenio y algún que otro valor moral.
Sin embargo, más de un padre se cuestiona si su hijo puede llegar a desarrollar algún problema mental al entrar en contacto con este tipo de ficción, querer escaparse de esta aburrida realidad. Usando cómo referencia el estudio de uno de los mejores profesionales en el campo, en Omicrono Ciencia os respondemos a la pregunta: ¿Es la ficción buena para nuestro cerebro?
La psicología de la ficción
Dos corrientes que empezaron a cruzarse desde hace relativamente poco; así se llevan la psicología y la literatura. El profesor Keith Oatley del Departamento de Psicología Aplicada y Desarrollo Humano en la Universidad de Toronto, uno de los grandes profesionales de este área nos afirma que el inicio de esta relación fue posible gracias a las técnicas de imagen cerebral.
En uno de sus trabajos, Oatley pide a la gente que formulen mentalmente diferentes frases, mientras se analiza su actividad cerebral con Imágenes de Resonancia Magnética (IRM). Los resultados mostraron que con tan solo 3 frases formuladas de esta manera, se estaba activando el hipocampo, la región de nuestro cerebro asociada con la memoria y el aprendizaje.
El camino al castillo estaba lleno de pedruscos, tan grises cómo las nubes que cubrían el cielo, de ese fatigoso invierno.
Con una pequeña descripción, he conseguido que vuestro cerebro recree la escena. Ahora traslademos esta idea hacía un tema más social, interactivo y literario:
Jake era un niño con problemas; nacido en el seno de una familia humilde a la que una catástrofe natural separó por completo.
Con esta nueva descripción, en el hipocampo se ha producido una cascada de activaciones, lideradas por nuestra empatía. Nos hemos imaginado cómo este chico ha podido tener una vida difícil y tendrá que superar obstáculos; traducidas a un sentimiento, compasión.
La positiva relación entre la ficción y el cerebro humano
Para medir el impacto de la literatura de ficción en nuestro cerebro al originar una respuesta empática, Oatley y su equipo llevaron a cabo por primera vez el test de “los ojos de nuestra mente“, dónde a los participantes se les mostraría 36 fotografías de ojos humanos, y tendrían que adivinar qué están pensando o sintiendo.
El resultado mostró que los lectores usuales de literatura de ficción obtuvieron más puntos que los no lectores, concluyendo que la ficción nos hace más conscientes de nuestro entorno social.
Pero si no os gustan los libros no os preocupéis, pues también demostraron aumentos en la empatía con dramas ficticios televisivos. La publicación de Oatley que se ha ganado su espacio en la prestigiosa revista Cell Press tiene cómo objetivo concienciarnos de los beneficios del mundo de la ficción, y desvelar cuantos beneficios podemos obtener de este maravilloso género.