10 alimentos que son más peligrosos para tu gato de lo que crees
Os damos una lista de 10 alimentos peligrosos para los gatos que debéis intentar no incluir en la dieta de vuestros amigos felinos.
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Nuestras mascotas nos regalan compañía y cariño sin pedir nada a cambio.
Sin embargo, nosotros los queremos y nos esforzamos por mimarlos y cuidarlos para que se sientan tan bien con nosotros como nosotros con ellos, aunque a veces los mimamos tanto que les damos alimentos dañinos para ellos sólo porque a nosotros nos resultan deliciosos.
Ya os dimos una lista de cuáles son los alimentos que nunca deben formar parte de la dieta de vuestros perros y hoy os contamos cuáles no deberíais darle nunca a vuestros gatos. Lógicamente, ambas listas tienen muchos componentes en común, pero también encontraréis algunas comidas que sólo resultan perjudiciales para los felinos, a pesar de que llevamos toda la vida pensando que les encantan.
Alimentos peligrosos para los gatos
1. Atún y pescado crudo
Después de pasarnos toda nuestra infancia viendo dibujos animados en los que el mayor manjar de los gatos era el pescado, lo primero que hacemos cuando uno de estos mininos entra en nuestras vidas es correr a comprarle un poco de pescado, o quizás una latita de atún.
Es cierto que son animales carnívoros y que el pescado les encanta y puede formar parte de su dieta sin problemas, pero hay que tener unos cuantos factores en cuenta.
Por un lado, es importante tener mucho cuidado con el pescado, ya que en su estado crudo puede contener bacterias perjudiciales para el animal; pero eso no es todo, pues también contiene una enzima que destruye la vitamina B1, esencial para el correcto desarrollo del organismo del gato.
Además, las espinas del pez pueden causar desgarros en el interior del animal, por lo que no es aconsejable darles un pescado crudo sin más, sino un poco de pescado cocinado o, aún mejor, comida específica para ellos que contenga los nutrientes de este alimento, sin incluir los factores perjudiciales.
Vale, ¿pero qué pasa con el atún en lata? No tiene espinas y, al estar en conserva, puede carecer de componentes perjudiciales, ¿no? Pues bien, la respuesta a esta pregunta está en la dosis; ya que, si bien es cierto que pequeñas cantidades de este alimento no le harán ningún daño al gato, abusar de él puede ocasionarles envenenamiento por mercurio. Y nadie quiere eso para su gatito.
2. Leche
La leche es otro de esos alimentos que damos por hecho que son buenos, pues si lo toman cuando su madre los amamanta significa que lo toleran bien.
De nuevo estamos ante un craso error, como ocurría con los perros; ya que, igual que ellos, la mayoría de gatos son intolerantes a la lactosa, por lo que seguir tomando leche después del destete puede ocasionarles molestos problemas digestivos.
Eso no quiere decir que tengamos que privarlos de ella necesariamente, ya que es un alimento que les gusta mucho, pero sería aconsejable darles variantes sin lactosa diluidas en agua.
3. Chocolate y café
Estos dos alimentos, igual que ocurría en el caso de los perros, son peligrosas debido a su contenido en cafeína y teobromina, siendo la segunda un precursor de la primera.
Ambas son alcaloides vegetales que, tomados con moderación, no resultan perjudiciales para los seres humanos, pero que sí son altamente tóxicos para perros y gatos, pues afectan negativamente a sus sistemas nervioso y cardíaco.
Además, el caso de los gatos es si cabe más preocupante que en el de los perros, pues metabolizan estas sustancias más despacio, por lo que están más tiempo actuando sobre su organismo.
4. Cebolla y ajo
De nuevo estamos ante un alimento que afecta del mismo modo a perros y gatos. Y es que, tanto la cebolla como el ajo, tienen sustancias que actúan sobre la sangre del animal rompiendo sus glóbulos rojos y dando lugar a un trastorno conocido como anemia hemolítica, que llevado al extremo podría incluso causarles la muerte.
5. Huevos crudos
El efecto de los huevos crudos sobre los gatos es similar al del pescado sin cocinar, ya que contienen avidina, una sustancia que impide la absorción de la vitamina B, dando lugar a consecuencias parecidas.
6. Uvas y pasas
Aunque es más conocido el efecto de este alimento sobre los perros, puede dar lugar a síntomas parecidos en gatos, por lo que en algunos casos puede derivar en insuficiencia, tanto hepática como renal.
7. Huesos
Cuando de pequeños dibujábamos perros y gatos solíamos representar a los primeros con un hueso en la boca y al segundo con un pescado.
Sin embargo, de mayores, cuando tenemos con nosotros a uno de estos animales, tratamos de darles huesos a los dos por igual, sin pensar en las consecuencias negativas que estos puede acarrear para ambos, no por su valor nutritivo, sino por la posibilidad de que se astillen y produzcan perforaciones en sus sistema digestivo.
8. Dulces y chucherías
Sí, a nosotros nos encantan y los consideramos un placer demasiado exquisito como para privar de ellos a nuestras queridas mascotas, pero en realidad no les estamos haciendo ningún bien con ello.
Por un lado, la mayoría de golosinas o chucherías contienen altas cantidades de azúcar; que, del mismo modo que a nosotros, a largo plazo pueden provocar a los gatos enfermedades como la diabetes tipo II. El problema principal es que en su caso las dosis para que esto ocurra son mucho más bajas que en el nuestro, por lo que es mil veces mejor ser precavidos y evitar en la medida de lo posible darle estos alimentos.
Además, algunos de ellos contienen un edulcorante, llamado xilitol, que resulta muy tóxico tanto para perros como para gatos
9. Comida para perros
A veces conseguimos que nuestras mascotas superen la barrera del odio entre perros y gatos y que convivan en amor y compaña, sin pelear ni crear problemas.
Ambos corretean unidos por la casa, duermen la siesta el uno con el otro e incluso comen juntos. Pero he aquí el problema. ¿Si se me gasta la comida de uno puedo alimentarlo con la del otro? Esto es una práctica más común de lo que parece y la verdad es que no resulta apropiada, pues los gatos tienen unas necesidades nutricionales superiores a las de los perros, por lo que tomar a menudo la comida de su compañero peludo puede causarles una carencia nutricional preocupante.
10. Alcohol
Si el alcohol es peligroso para los humanos no iba a ser menos para nuestras mascotas. Algunos profesionales afirman que dos cucharadas soperas de whisky pueden causar un coma etílico a un gato, así que mejor no compartir una copa con ellos.
Nepeta cataria, la droga que vuelve locos a los gatos
Al margen de los alimentos que vuestros gatos deben o no deben consumir, se encuentra Nepeta cataria, la planta que pone de manifiesto que la adicción a las drogas no es un fenómeno necesariamente humano, ya que los mininos se vuelven locos por comer las flores y masticar y frotarse con sus hojas.
El placer que les produce debe ser inmenso, pero la cosa no queda sólo en la locura por consumirla, ya que también genera en ellos comportamientos muy extraños y juguetones como corretear, rodar y cazar ratones imaginarios.
Curiosamente un tercio de los felinos no se ven afectados por los efectos de esta droga gatuna, pero la proporción restante se lo pasa tan bien como los gatos que podéis ver en el siguiente vídeo:
Como veis, nuestros gatos no son tan diferentes a nosotros, pero no sólo porque se enganchen a su hierba particular, sino también porque no pueden comer cualquier cosa. Y si nosotros los queremos tenemos que esforzarnos por darles la alimentación que se merecen.