El primer diagnóstico de una IA que llega donde los médicos no consiguieron llegar demuestra que el uso de estos sistemas puede ser una revolución en la medicina.

La ciencia de la medicina es muy difícil; es muy sencillo cometer un error que acabe con la vida del paciente, y los médicos viven constantemente con esa losa sobre sus hombros. Al fin y al cabo, son seres humanos, y por lo tanto, imperfectos.

Pero puede que dentro de poco estos hombres y mujeres dejen de estar solos, y cuenten con un ayudante de lujo que sepa ver lo que no ven, que tenga en cuenta las posibilidades que no tienen en cuenta, y que llega a conclusiones a las que nunca llegarían.

Las IA que llegan a conclusiones que los médicos sólo pueden soñar

Ese es el caso que se ha dado en Japón, cuando el diagnóstico de una IA salvó la vida de una mujer que podría haber muerto si sólo hubiese dependido de los médicos humanos.

La mujer, de 60 años, fue diagnosticada con leucemia mieloide aguda (un tipo de cáncer que afecta a los leucocitos, los llamados glóbulos blancos) por sus médicos y por eso recibió un tratamiento basado en fuertes y peligrosos medicamentos contra el cáncer; pero para sorpresa de los expertos, su situación no mejoraba.

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El caso llegó al Instituto de Ciencia Médica de la Universidad de Tokyo, donde decidieron aprovecharlo para comprobar las posibilidades de usar una Inteligencia Artificial para el diagnostico de pacientes. Para ello usaron a Watson, el famoso sistema creado por IBM que en los últimos años ha sido usado en todo tipo de tareas, incluso como chef de cocina.

IBM no ha ocultado que quiere recuperar la gran inversión que hizo en Watson, y cree que para conseguirlo puede ofrecer esta IA a los desarrolladores e investigadores que necesiten una gran capacidad de proceso o una manera diferente de ver las cosas. Y eso era justo lo que necesitaban los médicos con el caso de la mujer con un cáncer indiagnosticable.

Cómo fue el diagnóstico de una IA que salvó la vida de una persona

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El proceso consistió en que Watson tenía que aprender de una enorme base de datos de 20 millones de estudios de oncología, y en base a eso, comprobar los síntomas y toda la información relacionada con el caso médico de la mujer y realizar un diagnóstico.

El resultado fue mucho mejor de lo que nadie esperaba, y en apenas 10 minutos Watson llegó a la conclusión de que la paciente tenía una forma de leucemia muy rara que necesitaba un tratamiento completamente diferente del que había recibido. Por supuesto, una comprobación posterior confirmó este hallazgo e inmediatamente la mujer recibió el nuevo tratamiento con buenos resultados. Además, la Universidad de Tokyo ha confirmado que también usó Watson con otro paciente con resultados también muy positivos.

Tal vez el detalle más importante de todo esto sea el tiempo que puede tardar una IA como Watson en realizar un diagnóstico.

Puede que tarde o temprano, después de mucho trabajo e investigación, los médicos hubiesen encontrado el tipo concreto de leucemia que afectaba a la paciente, pero en este tipo de enfermedades el tiempo lo es todo, y puede que hubiesen llegado demasiado tarde; en cambio, una IA puede presentar la misma solución en minutos.

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No es que Watson sea infalible, por supuesto, pero sí que puede ser una gran ayuda para los investigadores; igual que el personaje con el que comparte nombre lo fue para Sherlock Holmes.