Dragon-Komodo-Komodo-Indo-AR-535

Dragon-Komodo-Komodo-Indo-AR-535

Tecnología

El dragón de Komodo, un reptil temible y curioso

Nuestro animal curioso de hoy es el dragón de Komodo, un reptil gigante rodeado de características curiosas, desde su reproducción hasta su alimentación.

12 septiembre, 2016 11:19

Noticias relacionadas

A menudo cuando pensamos en reptiles temibles nos centramos en las serpientes, incluso las que no son venenosas ni peligrosas, pues las pobres tienen que cargar con el San Benito de ser uno de los animales más temidos por los humanos.

Sin embargo, dentro de los reptiles de cuatro patas existen algunos que tienen motivos de sobra para ser temidas, debido a características como su tamaño, su apariencia y, sobre todo, la voracidad con la que envenenan y devoran a sus presas.

Se trata del dragón de Komodo, también conocido como varano, una especie de saurópsido típico de algunas islas del centro de Indonesia, especialmente del Parque Nacional de Komodo, que fue creado en 1980 expresamente para facilitar su conservación.

Algunas curiosidades del dragón de Komodo (Varanus komodoensis)

dragon de komodo

dragon de komodo

Si fue bautizado como dragón no fue por mero capricho, pues al observar este animal, que suele rondar los 70 kilogramos de peso y los 2’5 metros de altura, es inevitable pensar en los dragones de las historias de fantasía o incluso en los propios dinosaurios, con los que se encuentra emparentado, conservando bastante más parecido con ellos que otros parientes, como las gallinas.

Por otro lado, su enorme tamaño se complementa con una cola larga y fuerte y una boca continuamente manchada de sangre, acompañada de 60 temibles dientes en forma de sierra y una lengua amarilla, que deja entrever lo peligroso que puede resultar estar en contacto con ella.

Al contrario de lo que pueda parecer, la sangre presente en su boca suele ser propia, y no de sus presas, ya que a menudo se dañan los dientes al comer.

Sea de quién sea, estas manchas favorecen que en su saliva crezcan un gran número de bacterias que, hasta hace muy poco, se relacionaban con la letalidad de su mordedura.

La mordedura del dragón de Komodo, un temible misterio

dragon

dragon

Aunque a menudo despedazan a sus presas en el mismo momento de capturarlas, también se dan muchos casos en los que les muerden y quedan a la espera de que mueran pasado un tiempo, siguiendo su rastro para comerlas cuando estén “listas”, ¿pero por qué mueren sus víctimas después de un mordisco?

El hecho de haber contado en su saliva casi cincuenta tipos de bacterias diferentes, llevó a que en el pasado los científicos creyeran que los animales a los que mordían acababan muriendo infectados por estos microorganismos.

Sin embargo, estudios posteriores han detectado en sus mandíbulas glándulas secretoras de un veneno cargado de proteínas tóxicas que actúan sobre el organismo de sus presas causándoles hipotermia, parálisis muscular, problemas de coagulación sanguínea y, finalmente, la muerte.

Por lo tanto, y teniendo en cuenta la agudeza de los sentidos del dragón de Komodo, resulta sencillo para ellos morder a su víctima, esperar a que muera y seguir su rastro pasado un tiempo. Lamentablemente para ellos, en ese caso puede que tengan que compartir la comida con otros varanos, aunque no es algo poco usual, pues a menudo se unen para atacar en emboscadas sigilosas.

Finalmente, si dejan algo de carne, los individuos más jóvenes, que viven en los árboles para resguardarse de posibles depredadores, bajarán y se alimentará de ella.

La curiosa reproducción del dragón de Komodo

Varan_de_Komodo_Thoiry_1982

Varan_de_Komodo_Thoiry_1982

En cuanto a su reproducción, presentan dos características especialmente llamativas.

Por un lado, está la reproducción sexual convencional; que, como viene siendo habitual en otras especies, comienza con la lucha entre dos machos para conseguir a la hembra. Una vez finalizada la disputa, el vencedor comprueba con su lengua si la hembra está receptiva sexualmente y entonces pasan al coito, cuyo inicio también está marcado por una cruenta lucha entre el macho y le hembra, que no se deja hacer fácilmente.

Y como parece ser que a las dragonas de Komodo esto del sexo no les va demasiado, se han dado varios casos de hembras que se han reproducido por un proceso conocido como partenogénesis, en el que no es necesaria la fecundación del macho. De este modo, al contrario que en la reproducción sexual convencional, en la que las crías tendrán la mitad de cromosomas de origen paterno y la otra mitad de origen materno, en este caso sólo tendrán la mitad materna, que se duplicará en el huevo para dar lugar a un número de cromosomas normal.

Son muchas las curiosidades de este animal, que a pesar de su peligrosidad resulta magnífico y apasionante. Lamentablemente, está catalogado como animal vulnerable en la Lista Roja de animales en peligro de extinción de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, por lo que si no se hace por evitarlo, algún día las historias sobre este animal estarán a la altura de las de sus parientes los dinosaurios. Y eso sería una pena.