Drones, la solución para seguir a los aviones que cruzan el océano
Seguir la pista de los aviones en zonas remotas puede ser una misión imposible, pero la solución podría estar en drones con forma de barcos autónomos.
17 septiembre, 2016 21:00Noticias relacionadas
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Seguir la pista de los aviones en zonas remotas, como un océano o una zona montañosa, puede ser una misión imposible, pero la solución podría estar en drones con forma de barcos autónomos.
Desapariciones de aviones como el MH370 hacen que nos preguntemos cómo puede desaparecer un avión con la tecnología actual, cuando los cielos están llenos de satélites y las aeronaves cuentan con multitud de tecnología. En realidad, y aunque la aviación se trate de un campo tecnológicamente avanzado, las comunicaciones de los aviones no están tan avanzadas, y seguimos confiando en tecnologías antiguas para situar a los aviones en los cielos.
Señales ADS-B y radares: así funciona la vigilancia actual
El sistema habitual para seguir a un avión por los cielos es el clásico radar, el cual emite impulsos de radio que se reflejan en los aviones, y a partir de esos datos se extrae la distancia, altitud, dirección y velocidad de la aeronave. En aviación existen dos tipos de radar: un radar primario que funciona siempre y muestra una posición aproximada, y un radar secundario que rastrea al avión a través del transpondedor de a bordo, elemento que llevan todos los aviones comerciales.
Este transpondedor, cuando recibe una señal de radio de un radar, envía un código de cuadro dígitos único que representa la identidad del avión. La dirección y la velocidad se obtienen cuando estos radares realizan varias lecturas al avión objetivo, y toda esta información se transmite a los centros de tráfico aéreo, para que los controladores aéreos puedan gestionar los cielos y organizar a todos los aviones.
El problema viene cuando nos metemos en el océano o en zonas remotas donde no existan radares, porque los radares civiles cuentan con un alcance limitado, unos 300 kilómetros por lo general. Esto significa que, en vuelos como un Londres -> Nueva York, un avión es invisible ante los radares durante más de la mitad del vuelo, permaneciendo en contacto con los centros de tráfico aéreo a través de satélites y radio de alta frecuencia.
Por ello, y con el objetivo de reemplazar al radar como el método principal de controlar aeronaves, tenemos ADS-B: una tecnología que utiliza el GPS para obtener su posición y emitirla, haciendo que la aeronave pueda ser rastreada sin radar. No requiere ninguna acción del piloto para funcionar, otras aeronaves también pueden recogerla para saber si tienen aviones cerca y en 2017 será obligatorio que cierto tipo de aeronaves lo tengan.
Drones oceánicos, la solución de Flightradar24 al problema
Otra de las ventajas del ADS-B es que satélites con órbita baja pueden recoger esa información, la constelación de satélites Iridium ya cuenta con satélites encargados de esta misión, y el motivo está claro: haría posible el control del tráfico aéreo en el océano, en zonas donde no exista ningún tipo de cobertura de radar. Sin embargo, no es la única solución, porque Flightradar24, una de las páginas civiles más populares para seguir aviones en tiempo real, ha encontrado la solución en los drones.
Flightradar24 ha equipado un Wave Glider, barco autónomo de Liquid Robotics, con sus receptores ADS-B, y lo ha hecho adentrarse mar adentro, a 200 kilómetros de las costas de Noruega. El objetivo es que, cuando no exista ninguna otra fuente de información para localizar un avión, siga apareciendo en el mapa gracias a estos drones en el océano.
Vía | BBC, USA Today, Smyrna Air Center, Flightradar24