nobel-quimica-2

nobel-quimica-2

Tecnología

Nobel de química para el diseño de máquinas moleculares, pero la ciencia española puede estar orgullosa

Finalmente, el Premio Nobel de química 2016 ha ido al trabajo de tras investigadores en el área de las máquinas moleculares.

5 octubre, 2016 11:50

Noticias relacionadas

Con Santiago Ramón y Cajal en 1906 y Severo Ochoa en 1959, España vuelve a quedarse con las ganas de apuntar un tercer nombre en el palmarés de Premos Nobel científicos.

Sin embargo, no ha podido ser, pues Francis Mojica, que también había sido nominado para el Nobel de Medicina, no ha recibido el galardón de química, que ha caído en las manos de Jean Pierre Sauvage, sir J. Fraser Stoddart y Bernard L. Feringa, por sus trabajos en el diseño y síntesis de máquinas moleculares.

Aún así, esto no deja de ser una gran noticia para la ciencia española; que, a pesar de los recortes en investigación, ha conseguido que uno de sus nombres suene en la academia sueca, demostrando que en este país hay grandes mentes capaces de hacer malabares con presupuestos muy bajos. Imaginad lo que podrían conseguir con el apoyo suficiente.

Nobel de química para el diseño de máquinas moleculares

nobel-quimica-2

nobel-quimica-2

Las máquinas moleculares forman parte de una serie de procesos, cada vez más estudiados en los últimos años, por los cuáles se pueden ajustar movimientos concretos a una serie de estímulos, con el fin de aplicarse a campos tan interesantes como el de la nanotecnología.

Esto tiene, por ejemplo, grandes aplicaciones a nivel biológico, pues se puede controlar el movimiento de ciertos componentes en el interior del organismo, aplicándose al desarrollo de nuevos tratamientos frente a enfermedades.

Por eso, que estos tres investigadores hayan conseguido introducirse en los entresijos más profundos de esta rama de la ciencia ha sido un gran motivo para la obtención del Nobel, pero sin desmerecer al resto de nominados, entre los que se encontraba el español Francis Mojica. 

Francis Mojica, un motivo para enorgullecer a la ciencia española

francis-mojica

francis-mojica

Independientemente de quién haya ganado el premio Nobel, el nombre de Francis Mojica debe pasar a la historia, pues gracias a este microbiólogo de la Universidad de Alicante la ciencia dispone hoy de las técnicas basadas en CRISPR, que tantas grandes noticias nos están dando en los últimos años.

Todo comenzó en 1993, cuando Mojica descubrió en un grupo de microorganismos extremófilos unas curiosas estructuras repetidas de ADN, que atrajeron su atención hasta el punto de pasar a protagonizar un proceso de investigación que fue llevado a cabo casi sin ningún tipo de ayuda.

Diez años después consiguió dar con la función de estas estructuras, que pronto se convirtieron en una gran herramienta de ingeniería genética, debido a su capacidad para cortar y pegar ADN, utilizada naturalmente como un mecanismo de defensa bacteriano.

Una vez descubierto este mecanismo, sólo fue cuestión de tiempo que se adaptara para su uso en los laboratorios, llegando así la técnica CRISPR-Cas9, ideada por las científicas Jennifer Doudna y Emmanuele Charpentier, que en 2012 hablaron de su potencial en un estudio publicado en Science. 

Desde entonces, las aplicaciones de la técnica se extienden por todo el mundo como la pólvora, pues se ha usado con fines muy diferentes, desde evitar que los champiñones ennegrezcan, hasta la edición genética de tumores de pulmón humanos, cuyos primeros ensayos se han llevado a cabo recientemente en China.

Muchos nombres para un sólo premio

crispredicióngenética1

crispredicióngenética1

Sin duda, la técnica en sí merece ser galardonada con un premio de la categoría del Nobel, pero resulta complicado establecer cuál de los muchos nombres que se esconden detrás de ella se debería considerar el responsable.

Sea como sea, si hay algo claro en todo esto es que si en 1993 Francis Mojica no hubiese decidido investigar contra viento y marea aquellas curiosas estructuras, a pesar de la falta de ayuda, hoy no estaríamos hablando de esta técnica, y muchos grandes descubrimientos estarían aún por llegar.

Esto lo convierte en un gran merecedor del Nobel, aunque no sea el único, pero existían muchos factores que hacían difícil la obtención del premio.

Por un lado, el hecho de haber sido responsable de un descubrimiento de ciencia básica, siendo los hallazgos posteriores los que han dado pie a la técnica tal y como la conocemos.

Por otro, desgraciadamente la política llega a todas partes, y ser un científico español trabajando en España no es una buena carta de presentación en la academia sueca, debido a lo poco que se apuesta aquí por la ciencia. ¡Ay, si ellos supieran lo difícil que es conseguir algo así en este país, quizás nos tendrían más en cuenta.!