El desayuno NO es la comida más importante, y otros mitos que debes conocer
Durante mucho tiempo se han ido reproduciendo mitos sin sentido sobre los horarios de las comidas. Hoy analizaremos algunos de ellos.
16 octubre, 2016 21:05Noticias relacionadas
A día de hoy siguen existiendo muchísimos mitos alrededor del “cómo comer”, pero más aún sobre “cuándo comer”.
Los horarios de las comidas son carne de mito, tanto o más que la manía de querer contar calorías (pensando que todas las calorías son iguales), el hecho de pensar que hay que sufrir durante el ejercicio físico para obtener resultados o el mito de los 8 vasos de agua diarios.
Entre estos mitos tenemos aún hoy en día que “el desayuno es la comida más importante del día“, que “hay que comer cada 2-3 horas para activar el metabolismo“, que “hay que dejar de comer varias horas antes de acostarse” o incluso que “hay que comer inmediatamente después de hacer ejercicio“. Todas estas afirmaciones son mitos o malentendidos, por lo que vamos a desengranarlas poco a poco.
Nutrimito: El desayuno es la comida más importante del día
En algún momento de la historia comercial a alguien se le ocurrió afirmar que “el desayuno es la comida más importante del día“, y probablemente sería alguien del gremio de los cereales para el desayuno. Sí, es posible que en algunos países o culturas el desayuno sea la comida más contundente, pero a nivel nutricional no tiene sentido la afirmación.
Se afirma que un buen desayuno impide comer en exceso, activa el metabolismo… y varios sinsentidos más.
Pues bien, resulta que los estudios al respecto han estado sesgados. Así lo afirmó una revisión de 2013 publicada en la American Journal of Clinical Nutrition, donde se llegó a la conclusión de que la mayoría de las investigaciones que relacionaban el hecho de saltarse el desayuno con un aumento de peso lo analizaban de forma explícita forzando esos resultados.
Por su parte, otro argumento conocido afirma que los niños que no desayunan son más propensos al sobrepeso, pero el desayuno no es lo importante en este caso, sino que la queja se centra más en saber si los niños comen suficiente en casa.
Lo más llamativo del asunto es que algunos de estos estudios sobre el desayuno son financiados por grandes marcas como los cereales Kellogg’s y General Mills (algo que provocará resultados sesgados desde el principio). Lo importante, en sí mismo, es hacer un desayuno saludable; la hora del desayuno o si algún día nos lo saltamos no tendrá implicaciones en nuestro posible sobrepeso.
Nutrimito: Es necesario comer cada 2-3 horas para activar el metabolismo (y no engordar)
Otro de los mitos más extendidos para no engordar donde juegan un papel clave los horarios de las comidas es aquel que afirma que “hay que comer cada 2-3 horas para activar el metabolismo“. Lo que vienen a ser a veces entre 6 y 8 pequeñas comidas diarias (y os aseguro que conozco gente que lo hace). El secreto está en que no sean grandes comidas, pero esto no solo es un mito, sino que es una generalidad bastante poco científica, y no, no aumenta el metabolismo.
No todos metabolizamos igual, y de hecho hay gente que cuantas más veces come al día, más hambre siente, lo que a su vez produce que consuman más calorías diarias por querer “activar el metabolismo”. Aunque los estudios al respecto de esta práctica están enfrentados.
Algunas personas sienten más hambre al hacer muchas pequeñas comidas diarias, pero otras personas podrían beneficiarse de hacerlo, pues dividir las comidas en múltiples tomas sí ha demostrado controlar el apetito de aquellos que intenten llevar una dieta y les sea complicado, ayudando a su vez a evitar atracones
Finalmente, cabe destacar que un estudio publicado en el British Journal of Nutrition llegó a la conclusión de que nuestro cuerpo procesa las calorías igual, tanto si hacemos tres grandes comidas como si hacemos seis o siete pequeñas comidas al día. Hacer varias comidas, esencialmente, solo es una estrategia de control de apetito: Si te funciona puedes hacerlo, pero solo es algo psicológico, no tendrá un beneficio físico como tal.
Nutrimito: Debes comer algo inmediatamente tras un entrenamiento
Existe una idea bastante cimentada respecto a los entrenamientos físicos y los horarios de las comidas: Tras realizar ejercicios con pesas, hay que comer una buena dosis de proteínas e hidratos unos 45 minutos después de finalizar el entrenamiento, sino nuestro trabajo en el gimnasio no servirá para nada. La idea se ha perpetuado en el tiempo como un “por si acaso, lo hago”.
Pero, ¿qué dice la ciencia? Pues bien, según una revisión publicada en la revista de la Sociedad Internacional de Nutrición Deportiva, de nuevo hemos caído en un mito: Para la mayoría, el tiempo no importa, siempre y cuando comamos una comida sustancial rica en proteínas e hidratos (pero no debe ser justo antes de que pasen 45 minutos, pueden ser horas después).
Ahora bien, hemos dicho “la mayoría”. Si somos de los que pertenecemos a esa élite de deportistas con varios entrenamientos al día, sí sería buena idea comer al menos durante la siguiente hora al entrenamiento. Por otro lado, si hemos comido algo antes del ejercicio, podemos retrasarnos perfectamente hasta 6 horas hasta volver a comer algo sin temor alguno, como explicaron los autores de este estudio a la revista Born.
Finalmente cabe destacar que si nuestro objetivo es maximizar nuestros entrenamientos con levantamiento de peso, lo ideal siempre es obtener la suficiente cantidad de proteínas a lo largo del día y dormir bien. Los horarios de las comidas, de nuevo, no son tan importantes como nos han hecho ver.
Nutrimito: Es necesario dejar de comer varias horas antes de acostarse para no engordar
Probablemente habréis escuchado más de una vez este mito, aunque tiene parte de razón de ser (y no, no tiene nada que ver con la obesidad). Según esta afirmación, tras cierta hora de la tarde, no deberíamos volver a comer (en EE.UU. sería a partir de las 7-8 de la tarde, en España nuestro horario de cena se dilata hasta las 9 o 10 de la noche y sería otra forma de verlo). Si comemos demasiado tarde, “las calorías se almacenarán en forma de grasa y subiremos de peso” simplemente por ser tarde.
Pues bien, de nuevo, esto es un mito con parte de razón: Esta afirmación se usa de forma psicológica con el objetivo de controlar el apetito dentro de una dieta (de hecho, muchas dietas milagro la usan con tal objetivo, siendo solo un ritual más). Su origen se debe a que muchas personas que intentan bajar de peso picotean durante la noche, haciendo esquivas visitas a la nevera en busca de alimentos con alto contenido calórico. Por ello se afirma que a partir de cierta hora no se puede comer.
Pero, como decía, tiene parte de razón de ser: Aquellas personas que sufren problemas digestivos como el reflujo gastroesofágico sí deben seguir esta regla, ya que con ello nos aseguramos de haber tenido al menos un par de horas para realizar la digestión y evitar así que el alimento refluya hacia arriba al acostarnos, lo cual provoca acidez y dolor estomacal.
Como podréis observar, todos estos mitos tienen un origen más o menos correcto, pero o bien se han tergiversado con otro fin o bien se han malentendido hasta convertirlos en mitos que muchas personas se creen a rajatabla sin intentar criticarlos. Todos ellos, al fin y al cabo, intentan ritualizar la alimentación con el objetivo de controlar el apetito de forma psicológica más que física (como nos intentan vender). Eso no significa, por otro lado, que no tengan ciertos efectos en el control de la pérdida de peso. Pero, de nuevo, es importante tener en cuenta que tan solo es una ayuda psicológica.