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Tecnología

ExoMars no aterriza con éxito en Marte, fracaso a medias de la misión europea

El aterrizaje de ExoMars ha sido un fracaso, y Europa finalmente no tendrá un módulo en Marte. Te contamos todo lo que ha ocurrido durante estas horas.

20 octubre, 2016 10:16

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Finalmente no ha podido ser: el aterrizaje de ExoMars ha sido un fracaso, pero aún se pueden sacar partes positivas de todo.

Los entusiastas de la exploración espacial lo estábamos esperando con ganas, el momento en el que Europa pisase Marte, de manera figurada.

Aunque la ESA ya contaba con un orbitador en Marte, hasta ahora no había conseguido hacer aterrizar ningún módulo en la superficie del planeta; su fracaso más sonado fue el de la Beagle 2 en 2003, y nadie quería que se repitiese.

Las claves del no aterrizaje de ExoMars

Todo empezó con buen pie; el orbitador TGO (encargado de analizar los gases de la atmósfera marciana) y Schiaparelli, el módulo que iba a aterrizar en el planeta, se separaron correctamente y cada uno hicieron su camino.

En todo momento la situación de la misión no estaba del todo clara por varias razones, la primera de ellas que las señales tardan 9 minutos y 47 segundos en llegar a la Tierra desde Marte. También hay que tener en cuenta que inicialmente se usaron estaciones de radio en India para recibir las señales, algo que provocó sus propios problemas.

Así las cosas, los ingenieros de la ESA sólo podían esperar pacientemente a recibir información; el momento cumbre iba a llegar poco antes de las 17:00 hora peninsular española, cuando el módulo iba a penetrar en la atmósfera y a reducir su velocidad desde 470 m/s a 3 m/s usando paracaídas, la separación del escudo térmico y el encendido de motores justo antes de impactar contra el suelo.

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Las señales que llegaron indicaron que al menos todos esos pasos se realizaron correctamente. Sin embargo, la última transmisión, la que indicaría si el módulo había realizado un aterrizaje suave, no llegó. Entonces se llamó a la calma: eso no significaba nada, ya que era perfectamente posible que la señal no hubiese llegado bien.

Así que tocaba esperar a que el orbitador ya presente en Marte, el Mars Express, se conectase con Schiaparelli. Pero incluso cuando esta sonda envió los datos que había obtenido, estos eran “inconcluyentes” y tocaba seguir esperando, esta vez a que un orbitador de la NASA intentase la conexión. La historia se repitió, y la ESA pidió a todo el mundo algunas horas para analizar los datos disponibles.

Finalmente, y varias horas después de la entrada en la atmósfera, los datos indican que el aterrizaje de ExoMars no se produjo como debería.

La parte positiva es que las primeras fases se ejecutaron correctamente, como el comportamiento del escudo térmico en la entrada en la atmósfera; los problemas parecen empezar justo cuando se abrieron los paracaídas, y todo indica que los motores que iban a reducir la velocidad justo antes de tocar tierra no funcionaron durante los 30 segundos necesarios, sólo durante tres o cuatro segundos.

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Pero la ESA aún no ha podido analizar todos los datos y no se atreve a decir exactamente dónde hubo una anormalidad y cuál es el estado de Schiaparelli, ya que dejó de transmitir 50 segundos antes del aterrizaje.

Por lo tanto, la ESA no ha declarado de manera categórica que el módulo Schiaparelli haya sido destruido, la sensación que dio la rueda de prensa está clara y no podemos esperar mucho más.

En la rueda de prensa de hoy, está claro que la ESA está pensando en los presupuestos para la próxima misión europea a Marte, que se producirá en 2020 si los políticos aprueban el presupuesto necesario.

El consuelo: el orbitador está bien

Al menos nos queda el consuelo de que el orbitador de ExoMars ha entrado en órbita alrededor de Marte sin ningún problema, y que Europa ahora tiene dos naves circulando el planeta rojo.

Esta no es una gesta pequeña, era de vital importancia para la futura misión europea en el 2020. Por eso se puede considerar que la misión ExoMars es un “medio éxito”, pero las caras largas de los operadores de la ESA mientras esperaban contaban toda la historia.