¿Qué es y cómo se forma un arcoiris blanco?
Contemplar un arcoiris siempre es algo llamativo e impresionante. Pero, ¿y si existiese un arcoiris blanco? Pues sí, existe, y te explicamos cómo es posible
30 noviembre, 2016 20:12Noticias relacionadas
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Tendemos a pensar que un arcoiris es un rayo de luz multicolor que aparece tras una tormenta.
Pero, ¿y si os dijese que existen los arcoiris blancos? Sí, blancos, sin los típicos colores en escala de toda la vida. Eso es precisamente lo que ha conseguido fotografiar Melvin Nicholson, un fotógrafo de la localidad de Rannoch, en Escocia (Reino Unido).
De igual forma que los arcoiris típicos, los arcoiris blancos se parecen mucho a los de toda la vida, aunque necesitan unas condiciones especiales para aparecer. Concretamente niebla, una niebla suficientemente delgada para ser atravesada por la luz del sol. Su color central es blanquecino-grisaceo, aunque por los bordes pueden verse tonos rojos o azules.
Cómo se forma un arcoiris típico
Tanto los arcoiris típicos como los arcoiris blancos necesitan que la luz del sol pase a través de las gotas de agua que quedan suspendidas en la atmósfera tras la lluvia. Ahora bien, lo que diferencia a los arcoiris blancos es que las gotas de agua de la niebla son muchísimo más pequeñas que las gotas de lluvia comunes.
Así pues, cuando se forma un arcoiris, la luz se curva o refracta mientras atraviesa las gotas de agua, separándose en varios colores. Parte de esa luz se refleja en las gotas de agua y vuelven, y eso es lo que ven nuestros ojos, la “salida” de la luz, la cual vuelve a doblarse a medida que pasa de nuevo por las gotas de agua del aire.
La luz violeta se inclina más y la roja menos, por ello esta última es la que aparece “arriba” del arcoiris. Realmente nosotros solo vemos una curva de la luz refractada desde nos encontremos, pero en realidad es todo un círculo que se interrumpe por el suelo (de hecho, se puede ver el anillo completo desde los aviones en algunas ocasiones).
Cómo se forma un arcoiris blanco
https://twitter.com/mnphotoworkshop/status/800957643498127360
En el caso de un arcoiris blanco, también se necesita que la luz pase a través de gotas de agua, pero los colores no pueden verse. Un arcoiris blanco está hecho de gotas de agua de niebla, 100 veces más pequeñas que las gotas de agua de lluvia común. Por ello, la mayor parte de la luz se difracta o dispersa, y una pequeña parte se refracta.
Lo que sucede, esencialmente, es que las ondas de luz no pasan durante suficiente tiempo a través de las gotas de agua para refractarse y poder separarse así en los típicos colores de un arcoiris. Los colores se concentran, se superponen, y eso acaba dando lugar al blanco (ya que, originalmente, ese es el color de la luz natural).