5 dietas que NO debes seguir para quitarte los kilos de Navidad
¿Está adelgazar entre vuestros propósitos de año nuevo? Es una gran iniciativa, pero hacedlo con cabeza, huyendo de dietas peligrosas como éstas.
29 diciembre, 2016 20:07Noticias relacionadas
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Sin duda, el gran clásico de los propósitos de año nuevo que sólo se cumplen durante la primera semana, es el de dejar los kilitos de más que cogemos durante las comilonas navideñas.
A menudo, este propósito va acompañado de matrículas al gimnasio, madrugones para ir a correr o incluso largas sesiones de entrenamiento en casa, pero lo más habitual suele ser tirar de dieta, especialmente si es una de esas tan milagrosas que pretenden dejarnos con un cuerpo escultural en poco más de una semana.
Pues ojo con eso, porque los milagros no existen, por mucha fe que tengamos en ellos, por lo que lo mejor es huir de esas dietas que prometen lo imposible, no sólo porque no cumplirán su objetivo, sino también porque suelen ser muy perjudiciales para nuestra salud. Por lo general son bastante fáciles de reconocer, pero sí que es verdad que algunas veces la ilusión por adelgazar hace que nos pasen desapercibidos, por lo que, para que estéis atentos, hoy os damos una lista de dietas peligrosas que no debéis seguir este nuevo año.
Dietas peligrosas de las que debemos huir
1. La dieta del potito
¿Cuántos años tenéis? ¿Sois bebés? Si la primera respuesta ha estado por encima de los tres años y la segunda ha sido negativa; algo bastante probable teniendo en cuenta la edad a la que aprende a leer la media de la población, esta dieta no es para vosotros.
En serio, no lo es. Da igual lo que digan las famosas de cuerpos perfectos que se alimentan a base de potitos. Si los adultos tenemos dientes es por algo, así que más nos vale darles uso y dejarnos de comida triturada.
Además, estos alimentos preparados están diseñados para las necesidades nutricionales de los bebés, que nada tienen que ver con las de los adultos; por lo que, si nos alimentamos a base de ellos, tendremos serias carencias que podrían afectar notablemente a nuestra salud.
2. La dieta del grupo sanguíneo
Otras de esas dietas que suenan súper revolucionarias, pero finalmente resultan no ser más que una falacia es la dieta del grupo sanguíneo, una opción muy novedosa, que se ha hecho cada vez más conocida, especialmente después de la publicación de Eat Right for your Type.
En este libro, escrito por el naturópata Peter D’Adamo, se dan una serie de recomendaciones dietéticas basadas en si tenemos grupo A, B, AB o 0, tomando como argumento que dichos grupos a menudo se suelen manifestar en base a la distribución geográfica.
Para comprobar si realmente tenía algún sentido esta regla, un equipo de investigadores de la Universidad de Toronto llevó a cabo un estudio en el que se comprobaba la pérdida de peso y el estado de salud de las personas expuestas a esta dieta. Como resultado, comprobaron que la dieta tipo A daba buenos resultados, pero no sólo en las personas con este grupo sanguíneo, sino también en todas las demás. Teniendo en cuenta que esta opción tiene bastantes factores en común con la dieta mediterránea no es extraño que diera tan buenos resultados; pero no por el grupo sanguíneo, sino por su contenido.
De todos modos, está claro que lo importante es tener una dieta equilibrada y hacer ejercicio de forma regular. Lo demás tiene más de cuento que de realidad.
3. La dieta Dukan
Aunque poco a poco ha ido desinflándose y perdiendo la fama de la que gozó hace años, la dieta Dukan aún sigue siendo la opción de muchos de los que quieren perder esos kilitos de más.
Como sabéis, se trata de una dieta basada en un consumo masivo de proteínas y muy bajo de calorías, que se hizo muy famosa a principios de la década de los 2000, a partir de la publicación del libro del dietista francés Peter Dukan.
A pesar de la grana aceptación que tuvo en un inicio, poco a poco se fueron dando casos de personas a las que les supuso un duro golpe para su salud, hasta el punto de que en 2014 Dukan fue expulsado del colegio de médicos francés.
Sí que es cierto que en un principio se baja de peso, debido al bajo índice calórico de los alimentos consumidos, pero pronto ese bajo consumo de energía comienza a manifestarse a través de la destrucción de las proteínas corporales como fuente energética, dando lugar también a la pérdida de agua y la formación de productos dañinos para el organismo, como los cuerpos cetónicos, que normalmente sólo se producen en condiciones extremas, como el ayuno.
El resultado se manifiesta a través de daños en órganos tan importantes como el hígado, los riñones o el corazón, y ponen en serio peligro la vida del paciente, sin contar que finalmente acaba dando lugar a un efecto rebote que poco tiene que ver con el adelgazamiento. Es una dieta contraindicada por las Asociaciones de Dietistas de un gran número de países y ellos saben muy bien lo que dicen. No os la juguéis.
4. Dieta Atkins
Similar a la Dukan, esta dieta se caracteriza por restringir el índice de calorías, aumentando la ingesta de proteínas y grasas.
Prácticamente desde sus inicios, ha estado sometida a la revisión de la comunidad científica, que observaba sus supuestos beneficios con recelo.
Entre los resultados obtenidos por los análisis a los que se ha sometido, se ha comprobado que sí que es cierto que propicia una bajada de peso; pero que, como contrapartida, da lugar a un efecto rebote y una una cetosis similar a la de la Dukan, con los consiguientes perjuicios.
Por otro lado, el consumo excesivo de grasas puede dar lugar a un aumento de los niveles de triglicéridos y colesterol y la carencia nutricional relacionada con la restricción calórica puede asociarse a problemas como la osteoporosis o las enfermedades renales.
Además, la gran mayoría de los estudios que sí que apoyan la dieta se basan en los efectos sobre pacientes obesos sin más problemas, pero no tienen en cuenta los efectos que podrían causar sobre personas con cardiopatías, que serían un grupo muy delicado que debería tenerse en cuenta.
5. Dietas detox
Y no podían faltar las famosas dietas detox, esas rutinas dietéticas tan defendidas por algunos famosos, que se basan en el consumo casi exclusivo de zumos de frutas y verduras.
Que sí, que las frutas y las verduras son muy sanas, pero volvemos al mismo problema que con la dieta del potito: si tenemos dientes es por algo, y eliminar la texturas de los alimentos no nos hace ningún bien.
Las frutas y las verduras son muy sanas, pero volvemos al mismo problema que con la dieta del potito: si tenemos dientes es por algo
Además, si bien es cierto que en un principio se pierden muchos kilos rápidamente, no vamos a estar toda la vida bebiendo zumos y en el momento en que volvemos a comer con normalidad, el efecto rebote es enorme, recuperando lo perdido y pudiendo ganar de propina unos cuantos kilitos más.
Esto es así porque el consumo elevado de azúcares sin textura, que apenas tienen que ser metabolizados por el organismo, hace que terminen por transformarse en grasas, con el consiguiente aumento de peso que eso supone.
Y para colmo, la restricción de la ingesta de otras sustancias, como las proteínas, lleva a que el organismo tenga una serie de carencias que llevan a pérdida de masa muscular, fatiga y otros síntomas que hacen que estas dietas sean muy poco saludables.
Por lo tanto, si uno de vuestros propósitos de nuevo año es dejar kilos, recordad que cada persona es un mundo, que las dietas milagro no existen y que los gimnasios, los médicos y los nutricionistas están para algo. Siempre será mucho mejor acudir a un profesional que dejarse llevar por la rutina de la famosa de turno, que disfraza las liposucciones de dietas milagrosísimas que nada harán por nosotros. Comida sana, ejercicio y apoyo profesional. Ésa es la respuesta. No os dejéis engañar.