Un tsunami es uno de los espectáculos más increíbles y terroríficos que puede regalarnos la naturaleza.
Esto hace que pocos quieran verlos en primera persona, por temor a las lógicas y devastadoras consecuencias que supondría, pero sí que es cierto que a todos nos llama la atención y nos interesamos por aprender más sobre ellos.
Por este motivo, en Real Lore Life han realizado otro de sus vídeos explicativos en el que no sólo explica cómo se originan los tsunamis, sino que también hacen referencia a su tamaño, añadiendo datos verídicos realmente espeluznantes.
¿A qué se deben los tsunamis?
Como sabéis, los tsunamis son olas gigantes que se pueden formar por dos razones, ya sea una convulsión submarina, como los terremotos o las erupciones volcánicas, o el impacto de objetos celestes, como los asteroides.
Esto es así porque, por cualquiera de esas razones, una fuerza externa ocupa el lugar del agua, haciendo que ésta tenga que desplazarse violentamente, generando columnas de agua inmensas. ¿Pero qué tamaño pueden llegar a tener?
¿Cuál puede ser el tamaño de un tsunami?
El tamaño de un tsunami puede ser muy variable y, de hecho, a lo largo de la historia los ha habido con dimensiones muy diferentes.
Uno de los tsunamis más devastadores de todos los tiempos fue el que tuvo lugar en el Índico en 2004, ya que se saldó con más de 200.000 víctimas, pero su tamaño no fue el más grande, ni por asomo.
Y es que, aunque la ola llegó a alcanzar los 30 metros de altura, esto no es nada en comparación con otros tsunamis acaecidos en todo el mundo.
Por ejemplo, el de Japón de 2011 superó los 40 metros, a pesar de ser menos mortífero, y si retrocedemos unas cuantas décadas en la historia, nos encontramos con el que tuvo lugar en Italia en 1963, cuando un deslizamiento masivo en un embalse dio lugar a una ola de más de 250 metros.
Pero ése tampoco fue el peor, ya que una década antes, en Alaska, otro derrumbe generó una ola de más de 500 metros.
Tsunamis terroríficos de millones de hace millones de años
Pero, sin duda, los tsunamis más terribles fueron los que tuvieron lugar hace muchísimo más tiempo.
Un gran ejemplo tuvo lugar hace 1’5 millones de años, cuando una ola de 600 metros, generada por la erupción de un volcán, sepultó completamente la isla hawaiana de Molokai.
¿Y qué decir de la ola generada por el asteroide que se cree que terminó con los dinosaurios? Debió ser grande, ¿verdad?
Y tanto que lo fue, pues se calcula que alcanzó unos cinco kilómetros de altura. Vamos, que ni el Tyrannosaurus más pintado hubiera sobrevivido a eso. Pobrecitos.
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