Probablemente no es una sorpresa para ti: Es muy probable que tengas herpes, y que ya lo hayas sufrido en una o varias ocasiones. Y sino, tienes muchísima suerte.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de de dos tercios de la población mundial tienen Herpes tipo 1 (más conocido como “herpes oral”), y más de un 10% sufren Herpes tipo 2 (más conocido como “herpes genital”). Este último suele darse más en mujeres, en ciudades y en grupos minoritarios, pero el Herpes tipo 1 últimamente también está afectando a la zona genital.

Por todo ello, con más de 4.000 millones de personas expuestas al virus, una vacuna contra el herpes sería toda una salvación. Y eso precisamente es lo que ha conseguido un grupo de investigadores, cuyo estudio se ha publicado recientemente en PLoS Pathogens.

La vacuna contra el herpes está muy cerca

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El asunto es algo complicado, pues el virus del herpes es un listillo y sabe esconderse del sistema inmune, incluso quedando “dormido” toda la vida en las células nerviosas, o infectando continuamente (como muchos ya sabréis por experiencia propia). Si se sufre herpes genital, la cosa es peor, pues la mayoría de los infectados nunca tienen síntomas y no saben que lo tienen. Lo malo del asunto es que sufrir herpes genital aumenta el riesgo de contraer VIH, y también puede provocar problemas a los recién nacidos que sí dan síntomas.

Así pues, según comenta Harvey M Friedman, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pennsylvania y autor principal del estudio, tras una década de investigación cree haber descifrado el enigma sobre la que podría ser la mejor vacuna contra el herpes hasta la fecha.

Friedman y sus colegas han detectado que el virus del herpes produce dos proteínas capaces de engañar al sistema inmune humano, concretamente a los anticuerpos (un tipo de proteínas que reconocen y combaten las infecciones).

Cómo funciona la nueva vacuna contra el herpes

Hasta ahora, aquellos investigadores que intentaban desarrollar una vacuna contra el herpes se centraban en dirigirse contra la parte que permitía al virus entrar a las células, crecer y reproducirse. Y esta estrategia no funcionaba demasiado bien.

Ahora, Friedman y su equipo han combinado la estrategia tradicional con una nueva técnica: Atacar a las proteínas de entrada del virus del herpes y a las proteínas que permiten al virus “esconderse” del sistema inmune. Por un lado se ayuda al sistema inmune a atacar al virus, y por otro se evita que el virus del herpes se esconda como siempre.

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De momento la vacuna contra el herpes ha tenido éxito con animales infectados con Herpes tipo 2 o herpes genital (macacos y conejillos de indias). Los macacos tienen un sistema inmune similar al nuestro, aunque no muestran los mismos síntomas cuando sufren de herpes. En ellos la vacuna contra el herpes ha funcionado muy bien a nivel celular, pero no ha sido posible examinar la mejora de los síntomas porque no podemos comparar con los humanos en ese sentido. Eso sí, los conejillos de indias sí sufren los síntomas, y en ellos la vacuna también fue muy eficaz. Por ello, se espera que pueda probarse pronto en seres humanos.

Los problemas para desarrollar una vacuna contra el herpes

Como siempre, no todos los proyectos de investigación son fáciles. En este caso la queja de Friedman es monetaria: El dinero es un obstáculo a tener en cuenta, pues antes de que la vacuna contra el herpes pueda ser probada en humanos, es necesario probar que el fármaco tiene los mínimos efectos secundarios, y que es seguro, a lo largo de diversos ensayos clínicos.

Si alguna compañía farmacéutica asumiese los costes, Friedman calcula que en menos de dos años estas pruebas en humanos podrían ser factibles. Incluso augura que, si todos los ensayos tienen éxito, la vacuna contra el herpes podría usarse de forma protocolizada como la vacuna del Virus del Papiloma Humano (VPH) actualmente.

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