Boeing quiere usar una impresora 3D de titanio para ahorrar 3 millones de dólares por avión.
La impresión 3D llegó a todos los titulares hace unos años como una opción de producción casera. Con el tiempo se han ido aumentando las funcionalidades, e incluso ya se usa en la industria, pero no ha sustituido, ni de lejos, el tener que ir a la tienda a comprar una taza o al tener que llevar algo a reparar porque una de las piezas de su estructura se ha roto. Sí que es cierto, no obstante, que para cosas puntuales sí que es muy útil. Aún queda mucho por explorar en este campo y aún se debe profundizar más y reducir costes.
Ahora es Boeing quien quiere aprovecharse de la tecnología de impresión 3D para abaratar costes a la hora de producir cada uno de sus aviones. Según sus cálculos, serían capaces de ahorrar hasta 3 millones de dólares en cada uno de los aviones fabricados.
Impresión de piezas de titanio
Con la producción en masa de aviones comerciales ocurre algo muy curioso: se llegan a acumular pérdidas millonarias hasta que la línea de producción llega a ser rentable años más tarde. Es el caso del Boeing 787 Dreamliner, por ejemplo, que hasta 2016 no alcanzó la rentabilidad (su producción comenzó en 2007); mientras tanto, acumularon hasta 29 millones de dólares en pérdidas por cada una de las unidades.
Cada uno de los Boeing 787 Dreamliner generó pérdidas. En gran parte, por el uso de titanio. El titanio tiene ventajas, pero también inconvenientes. Y es que puede que se gaste hasta un 20% menos de combustible, pero también es siete veces más caro que el aluminio.
Norsk Titanium es la compañía que estará detrás de esta proeza de la ingeniería: serán los encargados de fabricar las piezas mediante impresión 3D. Aseguran ser los únicos certificados por la FAA (Administración Federal de la Aviación) para producir piezas de este tipo que sean capaces de soportar cargas.