Esta tecnología multiplica por tres la resolución de las pantallas aprovechando los subpíxeles
Un nuevo método permite usar los subpíxeles para aumentar la resolución de las pantallas, multiplicando la resolución por tres.
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Un nuevo método permite aumentar la resolución de las pantallas; estamos hablando del triple de resolución, sin cambiar enormemente los píxeles en si.
La resolución 4K es la que está de moda ahora mismo; una clara ventaja respecto a 1080p y 720p, pero aún así muchos estamos pensando ya en cuál será el futuro.
Ya hemos visto los primeros monitores 5K, pero puede que el futuro nos guarde más sorpresas. Al fin y al cabo, 5K ofrece “sólo” 1.7 veces más píxeles en pantalla que 4K; no será una diferencia tan grande como la que estamos acostumbrados en cada generación.
Cambiando cómo funcionan los subpíxeles de una pantalla
Un equipo de investigadores de la Universidad de California Central cree haber encontrado un interesante método para conseguir más píxeles en una pantalla; y lo mejor es que se basa en un concepto que ya existe en las pantallas actuales.
Lo que consideramos como un “píxel” en una pantalla cualquiera en realidad está compuesto de tres subpíxeles; cada uno de ellos corresponde a uno de los tres colores RGB, rojo, verde y azul. Cada subpíxel puede controlarse de manera independiente, para convertir la luz blanca que se proyecta por detrás en el color deseado.
Esto se hace “cerrando” y “abriendo” cada subpíxel al nivel necesario para que, cuando la luz llegue a nuestros ojos, la mezcla de colores produzca el resultado deseado.
Normalmente, los subpíxeles son tan pequeños que no nos damos cuenta de esta “magia”; sin embargo, tienen importancia porque al mismo tiempo suponen una de las limitaciones de las pantallas LCD. El tamaño de los subpíxeles es lo que determinará la resolución final de la pantalla, al fin y al cabo.
El método para aumentar la resolución de las pantallas
Es por eso que los investigadores se han centrado en aprovechar estos subpíxeles, y convertirlos en píxeles de pleno derecho, por así decirlo. Usando una nanoestructura que cambia de forma dependiendo del color que tiene que absorber, el equipo ha conseguido controlar el color de cada subpíxel de manera individual.
Por lo tanto, cada píxel en realidad ahora está compuesto de tres píxeles que pueden cambiar al color que sea necesario; cada uno de estos píxeles es capaz de mostrar el rango de color completo de la pantalla.
De manera práctica, esto multiplica por tres la resolución de la pantalla, ya que tenemos tres veces más píxeles. No solo eso, sino que el resultado también son pantallas con mas brillo; los subpíxeles ya no se “cierran”, sino que están siempre encendidos sin importar el color que muestren.
Los investigadores ahora se enfrentan a dos desafíos. El primero es escalar la tecnología y hacer que funcione con el hardware actual; aunque esto no será muy difícil al estar basado en tecnologías existentes. Más problemático será solucionar la tasa de refresco de la pantalla; es decir, la velocidad a la que los colores pueden cambiar.