Aclaramos algunos términos relacionados con los SSD.
En torno a los SSD, igual que con los altavoces, hay mucho márketing de por medio, por lo que es muy común que al final el usuario, de tantos números a los que tiene acceso, no se entere muy bien de lo que esté comprando.
Como podremos prever a estas alturas de la película, todos los SSD no tienen la misma velocidad. Ni siquiera todos los SSD son del mismo tipo (hay que tener mucho cuidado con esto último, pues que no tenga la velocidad deseada es un fastidio, sí, pero que no sea compatible lo es aún más).
Lo más importante no es la velocidad secuencial
La velocidad secuencial es el valor que se usa para promocionar un SSD. Cuando se dice, por ejemplo, que un SSD maneja una velocidad de 600 MB/s de lectura, se habla de esta variable. Tenemos una de escritura y una de lectura. En cambio, es un ‘engañabobos’, pues realmente no se trata de un dato más importante más allá de ser curioso.
Y es que esta velocidad únicamente podría conseguirse bajo unas condiciones muy concretas: este tipo de escrituras o lecturas tan solo ocupa el 5% del total. Esto quiere decir que de cada 100 escrituras/lecturas que realice nuestro SSD, solamente 5 de ellas van a ser a esa velocidad.
El resto, en cambio, se producen a una velocidad que desconocemos pues no podemos encontrar en casi ningún lugar. Podríamos definir esta tasa, entonces, como una teórica o máxima.
Escritura y lectura aleatoria a 4 Kb
La estadística dice que al menos el 60% de las operaciones que realiza un ordenador son aleatorias y en bloques de 4 Kb. Entonces, este debería ser y no otro el dato que deberíamos tomar como referencia ¿Mejor dar importancia al dato que solo se produce en el 5% de las ocasiones o el que se repite un 60%?
IOPS: qué son y cómo influye
Los IOPS es otro dato que, a no ser que esté muy situado, engaña mucho. Y es que, según lo que hemos aprendido, aun sin saber incluso lo que es este nuevo término, no es lo mismo tener 50 000 IOPS en escrituras a 256 Kb que 50 000 IOPS en escrituras a 4 Kb, ¿verdad?
En concreto IOPS es el acrónimo de Input/Output Operations Per Second (número de operaciones de lectura/escritura por segundo). En resumen, es una magnitud más. Pero no puede ir sola, sino que necesita de más datos. Un ejemplo sería “90K IOPS en escritura aleatoria de bloques de 4096 bytes”.
Si hubiéramos sacado algo en claro, sabríamos que esto quiere decir que sería capaz de escribir 90 000 veces un paquete de 4 Kb en un solo segundo.
Conclusiones
Como resumen final se podría decir, pues, que lo que necesitamos para escoger entre un SSD u otro es el número de IOPS cuando escribamos o leamos paquetes aleatorios de 4 Kb. Los demás datos son complementarios. Si bien también ayudan, nunca pueden estar solos, pues más que nada solamente podrían confundir a un posible comprador.
No obstante, seguimos encontrándonos con un impedimento: el fabricante nunca da esos datos (porque es lo que suele ocurrir). En ese caso tendremos que recurrir a una web de benchmarks. Esto es, una web que se dedica a analizar el rendimiento de equipos electrónicos. Y aunque parezca que no, hay algunos especializados en benchmarks de discos duros y de SSD’s.
AnandTech es uno de ellos. En su web no solo podremos encontrar un análisis de cada uno de las unidades de almacenamiento que podamos imaginar, sino que además cuentan con clasificaciones.
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