La plataforma para conectar inquilinos y caseros para estancias vacacionales ha llegado a un acuerdo con una inmobiliaria para fabricar un complejo de 300 apartamentos.

Airbnb se fundó en 2008 con la premisa de unir a propietarios de casas que las tenían vacías y a inquilinos que buscaban un alojamiento por días. La idea era muy buena: la empresa no necesitaba un capital excesivo para arrancar porque no necesita activos para alquilar (los ponen los propietarios) y además se llevarían pingües beneficios por cada uno de los alquileres.

Hasta ahora, cuando la estrategia de la compañía podría cambiar: están fabricando un primer complejo compuesto por 300 apartamentos, todos ellos destinados al alquiler mediante su plataforma. En los próximos 2 años la cifra de apartamentos construidos y puestos ‘en circulación’ podría aumentar hasta los 2000.

Por ahora el único complejo de apartamentos que Airbnb ha comenzado a construir está situado en Florida, Estados Unidos. Los otros 2000 también estarán ubicados en el mismo estado. No obstante, no se descarta que Airbnb planee abrir otros complejos en otras ciudades.

Niido powered by Airbnb, el nuevo complejo de apartamentos

Los apartamentos no serán construidos directamente por la firma web, pues no se dedican a ello, sino que será un promotor licenciado por Airbnb el que se encargue de ello. En este caso será Newgard Development Group, un promotor local.

Los primeros 300 apartamentos de Airbnb estarán operativos el año que viene

Lo curioso llega ahora: se venderán a personas, que serán quienes gestionen los apartamentos. La inmobiliaria se llevará un 25% de los beneficios obtenidos por el alquiler, Airbnb el 3% y los inquilinos el resto. Además, todo el complejo tendrá un servicio dedicado y común: limpieza, cambio de sábanas, etcétera.

La gran ventaja es que Airbnb controlará gran parte del proceso de diseño y construcción, además de que podrá ir deshaciéndose de la mala imagen que los inquilinos irresponsables están generando: generan ruido y molestan a la población local, lo que ha potenciado la creación de organizaciones en contra del turismo.

En parte, también se pierde la esencia de Airbnb: poder ir a un pequeño pueblo perdido de la mano de Dios, como si fueras un local más, y otras experiencias que no serán posibles mediante la futura estrategia del portal, aunque por el momento (y esperamos que sea así) cualquiera podrá seguir anunciando su casa en la web.