Seis años han pasado ya desde la desgracia de Fukushima. Y, por fin, los robots ya han podido entrar.
El desastre nuclear de Fukushima, hace ya más de seis años, provocado por un tsunami de más de 38 metros y un terremoto de magnitud 9.0 en la escala sismológica de magnitud de momento, es decir, ambos más grande de lo esperado (el sistema de contención no estaba preparado para desastres naturales tan potentes).
Hubo explosiones debido a que el tendido eléctrico público estuvo inoperativo, además de que los motores diésel cuya función era generar electricidad en caso de emergencia, no funcionaron a causa del tsunami, por lo que no se pudo enfriar de ningún modo los reactores.
De los seis reactores, se fusionaron parcialmente el combustible de los reactores 1, 2 y 3, y en el reactor 4 se produjeron múltiples incendios. Como resultado, hasta ahora se había podido conocer el interiores de los reactores, pues, no es solo que la radiación es capaz de matar a un humano, sino que además es capaz de destrozar a cualquier ingeniería robótica que tratase de entrar.
Los humanos podemos aguantar 6 siervets por hora. En el interior de Fukushima hay 650 serviets por hora. Así, en unos 20 segundos, habríamos muerto. Cada robot que entraba, robot que no conseguía salir vivo. Ni siquiera conseguían captar imágenes del interior de los reactores. Y eso es necesario para poder desarrollar un plan de limpieza.
No obstante, tras seis años, por fin un robot ha logrado entrar a uno de los reactores. Concretamente, hablamos del reactor 3, uno de los afectados por el desastre en general.
Seis años para poder entrar en el reactor número 3
Hace pocos meses se había podido captar imágenes donde se intuía el combustible nuclear fundido, fundiéndose partes de las barras de dióxido de uranio MOX (uranio y óxido de plutonio mezclado) y acabando al fondo de la vasija de contención, pero no estaba nada claro. Estas fueron las imágenes captadas:
Concretamente fue Toshiba quien desarrolló un robot capaz de entrar al reactor mencionado. Costó aproximadamente 180 00 dólares y aunque fueron las primeras imágenes del interior, no eran muy esclarecedoras.
Los MiniManbo san hélices para navegar entre el agua
Los nuevos robots, conocidos como MiniManbo, han sido capaces de entrar sin problema alguno en el reactor gracias a los nuevos materiales (más resistentes) con los que está construido. Además, incorpora una serie de sensores capaces de medir la radiación que le guían para alejarse lo más posible de las zonas más radiactivas.
Los robots se están desarrollando en un hangar donde han construido una réplica a escala 1:1 de la planta, además de una sala re Realidad Virtual desde donde se simula el interior de los edificios del reactor. Los ingenieros, algunos con experiencia de 30 años, nunca se habían enfrentado a una tarea tan difícil como esta.
Aún habría que esperar hasta 2020 para poder comenzar a extraer el combustible de los reactores. Ahora, el menos, ya se conoce parcialmente el estado del reactor número tres.