Tecnología al rescate: la loca idea para acabar con la caza furtiva de rinocerontes
La impresión 3D se postula como la solución para acabar con la caza furtiva de los rinocerontes para vender sus cuernos.
22 noviembre, 2017 13:00Noticias relacionadas
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Una startup tiene la solución para acabar con la caza furtiva de los rinocerontes para extraerles el cuerno.
Estos días puede que hayas visto un vídeo en Facebook donde captan un rinoceronte al que le han cortado el cuerno directamente desde la piel con una sierra eléctrica. Ni siquiera cortan por el cuerno, sino que lo hacen por debajo de la piel, para aprovecharlo todo. Se le hace una cura, se le desinfecta y, para que las larvas de mosca no se críen sobre la herida (el peor de los problemas) se tapa con tornillos, rejas y gasas.
Es una imagen muy dolorosa, pero es la realidad a la que se enfrentan los rinocerontes, que son mutilados brutalmente solo para extraer su cuerno. Es un problema real y muy grave. De hecho, la población de este animal se ha diezmado irremediablemente. Se calcula que, a día de hoy, quedan únicamente 30 000 rinocerontes, cuando que en 1970 había 65 000 ejemplares de rinoceronte negro, el menos común de ver.
Solamente en 2015 se ha datado que han sido 1342 los ejemplares de rinocerontes blancos y negros que fueron cazados de forma furtiva parar mutilar el cuerno. De hecho, la cantidad es más grande que el número de rinocerontes que han nacido.
Los cuernos se venden ilegalmente por varios motivos: como tratamiento medicinal, como afrodisíaco y de adorno, aunque este último motivo es el de menor peso. No obstante, diferentes estudios ya han demostrado que los cuernos de rinocerontes no son curativos, ni siquiera afrodisíacos. Aún así, se sigue pagando el kilogramo a 60 000 dólares.
¿Cómo puede ayudar la tecnología?
La solución que ha propuesto el gobierno de Zimbabue es cortarle el cuerno a todos los rinocerontes. Sin embargo, esto no sería más que una solución temporal. Es, hablando en plata, una chapuza. Es literalmente como si te mutilasen los genitales para nadie pudiese violarte, un absurdo.
La tecnología tiene mucho que aportar a solucionar este problema. La clave está en el material en el que están fabricados estos cuernos; queratina, de lo mismo que está hecha la parte rígida de las plumas o nuestras uñas. La queratina es una proteína y es posible producirla de forma artificial.
Junto con una impresora 3D preparada para la ocasión, se pueden realizar réplicas sin diferencia alguna de los cuernos reales. Según la compañía que ha propuesto esto, los cuernos resultantes son idénticos a nivel macroscópico, microscópico y molecular.
Es entrar en el juego de la oferta y la demanda, y hacer que deje de ser rentable
La intención es fabricar este tipo de cuernos a nivel industrial, introducirlos en el mercado, hacer descender el precio del mercado ilegal de cuernos de rinocerontes y que por lo tanto no merezca la pena; sería como una huelga a la japonesa, donde no es que se deje de trabajar, sino que se trabaje de más para producir un exceso que haría descender el precio de mercado.
En la teoría, al menos, es una buena idea. Y técnicamente es posible, pues, además, ya se ha hecho. Además, tenemos que sumar que la gente no sabría si estaría comprando un cuerno de verdad o uno fabricado. Con el tiempo, la confianza de los compradores también descendería, y, en algunos casos, podrían desistir de la compra al no saber si se trata de un cuerno real o no.
Pembient, la compañías tras esta idea, quiere hacerla efectiva de aquí a 2022, para lo que está buscando financiación.