La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha reconocido por primera vez el ‘trastorno por videojuegos’ como un problema de salud mental. Por lo tanto, próximamente la veremos en la Clasificación Internacional de Enfermedades, en la futura edición (la ICD-11), el manual que edita la organización. Se refiere, por supuesto, a los problemas asociados a los juegos digitales.
La clasificación no se revisa de 1992 (hace 25 años), y este es el cambio más notable de la era post-Internet. En esta, se incluyen la lista internacional de enfermedades y problemas relacionados con la salud. La nueva edición podría ser publicada este mismo 1 de enero de 2018, dentro de apenas unos días.
El trastorno por videojuegos, enfermedad reconocida por la OMS
El texto definitivo aún no se ha hecho público, pero el borrador incluye los criterios de identificación de estos trastornos patológicos o adicciones que generan los videojuegos. Principalmente son tres las condiciones que se han de cumplir para considerar que alguien parece este tipo de desorden mental. La primera corresponde con no poder controlar la conducta sobre la frecuencia de juego, así como el inicio, duración, finalización, intensidad y contexto en el que se juega.
La segunda condición pasa por tener un desorden en las prioridades, anteponiendo el juego a otros intereses, incluso vitales. La tercera corresponde con mantener la conducta «a pesar de la ocurrencia de consecuencias negativas»; es decir, seguir jugando sin tener atender las prioridades, incluso cuando hemos detectado que tiene claras consecuencias negativas.
No se ha cerrado la definición de esta patología, pero los criterios podrían estar claros
Estas consecuencias son muy claras: dependencia; en los estudiantes, sobre todo universitarios, faltar a clase o bajar el ritmo escolar; y muchas otras consecuencias negativas que se pueden asociar a una dependencia a los videojuegos. Vladimir Poznyak, Dr. de la OMS, ha afirmado que los profesionales de la salud deben reconocer esta patología debido a los graves problemas en la salud que puede llegar a causar.
También destaca que hay que diferenciar entre lo que es una ‘simple’ adicción y lo que provoca graves problemas, tanto a nosotros como a terceras partes. Tal y como ha especificado, hay muchas personas que juegan y que no tienen ningún problema, igual que hay muchas personas que beben y tampoco los tienen.
Según el borrador de la OMS, el patrón de comportamiento es suficientemente grave como para causar deterioro a nivel personal, familiar, social, educativo, ocupacional y en otras áreas importantes. En un periodo de 12 meses, el comportamiento del juego son eminentemente suficientes como para que se asigne un diagnóstico. Este periodo puede acortarse en caso de que todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas sean graves.
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