Desde hace unos años, cada vez hay más drones. Es un crecimiento imparable: ha habido muchos problemas en aeropuertos (espacios libres de objetos aéreos), bases militares, o simplemente en espacios privados como empresas o casas. Por ello, las búsquedas de cómo eliminarlos del mapa (legalmente) continúan.
Algunos países han planteado incluso como Holanda, Reino Unido, Australia y Estados Unidos que han llegado a desarrollar un equipo de aves de cetrería (águilas y halcones, entre otras) para cazar drones en pleno vuelo. Pero, por motivos técnicos, aparte de que el ave sufre cuando se choca con la rotación del ala del drone, Holanda, al menos, ha decidido cancelar el programa.
Otras de las soluciones han sido drones con redes capaces de capturar otros drones, pero tampoco es el método más eficiente. No obstante, este estaría desarrollado, y se trataría de un arma capaz de confundir al drone anulando la señal del mando o controlador de la persona que lo está controlando a distancia.
Lo que hace, efectivamente, es enviar una señal tan potente que la del mando quedaría no en un segundo plano, sino imperceptible.
Un arma que derriba drones anulando su señal de control
Los drones interceptados que sean inteligentes tratarán esta situación como una pérdida de señal y comenzará un proceso de aterrizaje de emergencia o, en su defecto, volverán a unas coordenadas establecidas mediante GPS como punto de vuelta (preparado precisamente para casos en los que se pierda la señal). El resto de drones no inteligentes, simplemente caerán al vacío.
Pero, además, para en el caso de los drones con punto de emergencia establecido por GPS al que volver en este tipo de casos, también hay disponible un complemento que anula igualmente la señal de GPS, no quedando otra que se realice un aterrizaje forzoso o una caída al vacío.
Por supuesto, es necesario mantener contacto visual con el aparato hasta que esté inoperativo, pues en cualquier momento el dueño original podría volver a recuperar el control. Funciona a 1 kilómetro de distancia, la mitad de lo que alcanzaba la primera versión fabricada.
Esta segunda versión, aparte de ser menos potente en alcance, también es algo más grande, necesitando incluso una mochila para la batería, además de otros componentes. El conjunto del rifle más las baterías tiene un peso de 6,8 Kg. Vienen dos baterías y cada una de ellas tiene una duración de 30 minutos.
Está considerada como ilegal en muchos países, por lo que su venta está regulada en función de las leyes de nuestros países. De hecho, afirman que, en Estados Unidos, de donde proviene la compañía, ni siquiera se puede comprar o vender puesto que su uso no ha sido regulado por la FCC (Comisión Federal de Comunicaciones de los Estados Unidos), y es probable que nunca reciba esta certificación.
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