Los CD (Disco Compacto) tuvieron su pico de ventas en el año 2000, y a día de hoy podemos decir prácticamente que ya ha muerto. Ni siquiera los nuevos equipos informáticos (sobre todo ordenadores portátiles) no los traen. Lo mismo ha ocurrido con los DVD. Ni los juegos (uno de los grandes propulsores de este estándar, junto con la música) vienen ya en este formato, sino que se descargan de la nube.
Se siguen utilizando, no obstante, para cosas muy puntuales, como por ejemplo para instalar drivers (aunque también están en Internet) o para instalar sistemas operativos o copias de seguridad que hayan sido almacenadas en este tipo de medio. Sin embargo, como almacén y reproductor de música, ya se puede clasificar como muerto.
Ahora, para más inri, tenemos que sumar que Best Buy, el principal distribuidor de CD y DVD de Estados Unidos y uno de los más grandes del mundo, ha decidido dejar de venderlos. Target, otro de los comercios más importante de este sector de EEUU también podría hacerlo si la situación actual no cambia en breve.
Best Buy retirará la venta de CD y DVD de música a partir del 1 de julio, aun incluso cuando este mercado le suposo 40 millones de dólares el año pasado. La tendencia es bajista, y es por lo que Best Buy preferiría, cada vez más, deshacerse del stock actual antes de que las ventas de música online sigan haciendo sombra a las ventas en físico.
Best Buy se retira, y Target se lo piensa
Lo curioso es el que el distribuidor seguirá vendiendo música en vinilo, un sector que, aunque parezca raro, está en auge. De hecho, en 2017 hubo récord de ventas tanto de vinilos como de tocadiscos y tornamesas. Este estándar, popularizado a finales del siglo XIX, cada vez recobra mayor importancia en ventas desde 2009 o 2010, más o menos.
Target, por otra parte, depende de la decisión que tomen los proveedores de CD y DVD. Actualmente, el sistema es muy anticuado: Target, como comercio, compra una serie de unidades; las que no se venden en 60 días de haber salido el álbum, se devuelven a los proveedores, pero no recuperando el dinero, sino crédito.
Lo que quieren es que el proveedor no reciba el dinero hasta que pase ese periodo de tiempo establecido, cuando se devolverían los no vendidos y el comercio pagaría su parte a los proveedores. El problema: al menos un tercio no quiere funcionar con este método, y la otra parte está indecisa, por lo que se enfrentan, directamente, a que Target, otro de los comercios más importantes, salga de la ecuación.
Si los proveedores no aceptan los cambios en abril o mayo, Target se vería ‘obligado’, igual que BB a retirar los (pocos) títulos que siguen quedando en sus estanterías.