Qualcomm parece que sale de un lío para meterse en otra: primero, una batalla legal con numerosas denuncias cruzadas con Apple; ahora, el Presidente Estadounidense Donald Trump ha bloqueado la compra de Qualcomm por parte de Broadcom, un conocido fabricante de semiconductores con sede en Singapur.
Se trata, en concreto, de una OPA hostil (oferta pública de adquisición en la que el comprador lo hace con prácticas no lícitas o no legales): Broadcom compraría Qualcomm para crear un gigante capaz de hacer frente a Intel. De hecho, desde Intel a su vez se plantean comprar Broadcom, una compañía con valor de 100 000 millones de dólares, simplemente para evitarlo.
Ahora, Trump ha ordenado a Broadcom, la compañía de semiconductores de Singapur, que cese los intentos de compra de Qualcomm, lo que podría acabar por convertirse en la mayor transacción de compañías tecnológicas de la historia, un puesto que actualmente ocupa la compra de Mannesmann, la actual Vodafone, y eso que solamente se hizo activa la compra del 50% de la compañía.
Broadcom ofreció en noviembre del año pasado 70 dólares por acción, que posteriormente subiría a 82 dólares que igualmente Qualcomm rechazó. El gobierno estadounidense, por su parte, ya había bloqueado una junta de Qualcomm en la que habrían podido nombrar nuevos directivos afines a la compra. Ahora, como vemos, se cesa cualquier posibilidad de realizar la transacción.
«Seguridad nacional»
El motivo para Trump: «amenazar con perjudicar la seguridad nacional estadounidense» por poner en manos de una compañía asiática la mayor empresa de microchips nacional tras haber sido investigada la compra por el Comité de Inversión Extranjera en los Estados Unidos (CFIUS), un departamento nacional que vela por la seguridad nacional de las adquisiciones de compañías estadounidenses por compañías extranjeras.
Trump ya habría bloqueado hasta 10 compras de compañías estadounidenses bajo su mandato. Pero esta sería la primera por motivo de seguridad nacional
Actualmente se prevé que Qualcomm lidere el mercado de 5G, con un 15% de las patentes totales del 5G (el que más posee), quien además establecerá las normas, y «un cambio al dominio chino en 5G tendría consecuencias sustanciales negativas para la seguridad nacional de Estados Unidos», además de que habría el riesgo de la relación de Broadcom con «entidades extranjeras de terceros».
De completarse el acuerdo, fuentes de pensamiento cercano a la CFIUS aseguran que Huawei dominaría el mercado del 5G (quien además ha forjado interesantes contratos comerciales con operadores europeos y asiáticos, por lo que ya se encuentra en una posición privilegiada ante la llegada del 5G, sin tener en cuenta su posición dominante en China, y lo que ello supone [el mercado de 5G más grande del mundo]), lo que pondría en una mala posición al ejército estadounidense y que obligaría a los operadores estadounidenses a competir contra esta marca china.