El uso de drones para el transporte de mercancías y cartas es probablemente el primero que realmente se popularizará en el mercado.

Empresas como Amazon ya han conseguido grandes avances para sustituir a los envíos tradicionales con drones; y países como Singapur y Suiza ya han experimentado e implementado drones carteros.

El siguiente país en adoptar esta tecnología iba a ser Rusia, pero el primer intento ha terminado roto en pedazos, literalmente.

En 2016 el servicio postal de Rusia anunció sus planes para empezar a usar drones, especialmente para envíos a las zonas menos densas del país.

El primer dron cartero no llega muy lejos

Por eso, el vuelo inaugural del primer dron cartero de Rusia se planeó en la ciudad de Ulán-Udé, la capital de Buriatia en el sur siberiano; su primer encargo era llevar cartas a toda la región, con una baja densidad de población al consistir en su mayoría de montañas. No es precisamente el territorio ideal para los carteros, y sí la prueba perfecta para demostrar las posibilidades de un dron.

Lamentablemente, el viaje duró apenas unos segundos. Un vídeo publicado por Reuters revela que el dron consiguió avanzar apenas unos metros antes de caer en picado y estrellarse contra la pared de un edificio. El vídeo se ha vuelto viral por lo cómico de la situación.

Según Reuters, los espectadores presentes soltaron “improperios” cuando vieron la caída del dron, aunque afortunadamente no hubo heridos; la única consecuencia del accidente es que las calles de Ulán-Udé se llenaron de piezas de plástico del dron y las que las misivas llegarán más tarde de lo previsto.

En el vídeo podemos ver cómo el dron despegó de una plataforma con el logotipo del servicio postal de Rusia; sin embargo, después de la publicación del vídeo la organización ha negado su participación, asegurando que algunos de sus representantes estaban en el evento sólo como invitados.

Los dedos ahora apuntan a Rudron/Expeditor 3M, el fabricante del dron que vende por unos 20.000 dólares, que ha optado por el silencio. Quien no se ha callado ha sido el presidente de la región de Buriatia, que ha prometido volver a intentarlo; “quien no se arriesga no consigue resultados”, asegura.