Un exoesqueleto para controlar drones es la última loca idea que mezcla los populares aparatos voladores con la realidad virtual.
Gracias a los drones, podemos disfrutar de vistas espectaculares, de vídeos que de otra forma nunca hubieran sido posible, o de capturas de lugares que nunca han sido visitados. Sin embargo, tenemos que hacer todo eso desde la distancia.
El control de un drone siempre se hace de manera remota, ya sea con un controlador o con alguna app que nos permita usar el móvil. De esa manera, tenemos una idea de por dónde va nuestro dron; pero el concepto desarrollado por los laboratorios de la Escuela Politécnica Federal de Lausana, en Suiza, va mucho más allá.
El exoesqueleto para controlar drones que nos convierte en pájaros
Se llama Flyjacket, y se trata de un exoesqueleto para controlar drones con nuestro cuerpo. Junto con un dispositivo de realidad virtual, podemos ver lo que graba la cámara del aparato, y controlar el drone en tiempo real.
Una vez colocado, podemos estirar los brazos y pretender que somos un pájaro; por ejemplo, moviéndonos hacia la dirección a la que queramos volar. El sistema traducirá esos movimientos a órdenes que el dron pueda entender y ejecutar; aunque por el momento sólo funciona con drones de ala fija por esas mismas razones.
El dispositivo es capaz de detectar el cabeceo con el torso, moviéndonos hacia delante y hacia atrás; además del alabeo para rotar de lado. Según los investigadores, esto se traduce en un control más intuitivo que con mandos de control tradicionales.
Mientras volamos, podemos usar un controlador integrado en un guante, para marcar puntos interesantes en el mapa, en la dirección en la que miramos. También se podrían usar gestos para acciones automatizadas; como el despegue o la vuelta a la posición original.
Por el momento este no es un producto comercial, pero sus creadores ven potencial. Aunque sea un exoesqueleto, en realidad sólo cubre nuestro torso. Además, no es absolutamente necesario tener los brazos extendidos todo el tiempo; podemos dejar la mayor parte del viaje al piloto automático, y tomar el control en las partes más divertidas o interesantes.
Sin embargo, aún tiene que mejorar. El sistema requiere una velocidad de vuelo constante para funcionar; y algunos de los que lo han probado han reportado mareos incluso peores que con otros proyectos de realidad virtual.
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