Esto es lo que ocurre cuando un robot te suplica que no lo apagues
Un estudio demuestra que es más difícil apagar un robot cuando te está suplicando que no lo hagas.
4 agosto, 2018 12:00Noticias relacionadas
Imagina que te hacen interactuar con un robot humanoide y cuando ya le has cogido ‘cariño’ te hacen apagarlo, y el robot te suplica que no lo hagas ¿Podrías? Este es el concepto en el que se han pasado para realizar un estudio. En resumidas cuentas, gran parte de las personas estudiadas se negaron en rotundo a apagarlo, y otro gran porcentaje le costó de forma desmesurada tomar una decisión.
Los robos no tienen sentimientos y por lo tanto tampoco los muestran, pero por algún motivo, y como veremos, es más difícil tomar la decisión de apagar un robot cuando te está suplicando que no lo hagas. Vamos con los números.
El estudió comenzó haciendo que 89 voluntarios interactuaran con un robot humanoide Nao. Concretamente, le ayudaron a realizar unas tareas con el robot, haciendo creer a los voluntarios que mejorarían los algoritmos de aprendizaje del robot. Estas tareas consistían en responder una serie de respuesta, como por ejemplo “¿prefieres pasta o pizza?”, además de ayudarle a hacer un programa semanal.
Apagar un robot cuando te suplica que no lo hagas es más difícil
Pero en realidad esto era solo para hacer creer a los voluntarios que estaban ayudando a mejorar a los robots. Todo comienza, en realidad, ahora, cuando piden a los voluntarios que apaguen al robot. En este momento, Nao, que está programado para ello, suplica al voluntario que no lo haga, pero solo en la mitad de los casos.
De las 43 personas que escucharon las súplicas del robot, 13 decidieron no apagarlo (es decir, casi el 33%). Los 30 restantes, decidieron apagarlo pero se demoraron el doble para tomar la decisión con respecto a los que no tuvieron que escuchar las súplicas.
Cuando se les preguntó que por qué habían tomado tal decisión, los que decidieron mantenerlo con “vida” dieron una serie de argumentos, como que estaban sorprendidos por las súplicas, que tenían miedo de estar haciendo algo mal y, la respuesta más común, que el robot no quería ser desconectado.
«Debido a la súplica, las personas tienden a tratar al robot más bien como una persona real que como una máquina al seguir o al menos considerar seguir su solicitud de permanecer conectado [recordemos que el 100% de las personas se demoraron en tomar una decisión, por lo que al menos lo consideraron]», explica uno de los autores del estudio.
Por lo tanto, el día que tengamos que tratar con robots humanoides en el día a día, ¿los trataremos como humanos, aún cuando muestren “sentimientos”, o sería justo seguir tratándolos como máquinas?