Hoy en día vivimos en un mundo en el que prácticamente todo usa GPS. Nuestro teléfono móvil lo necesita para muchas cosas, así como otros dispositivos que usamos en el día a día. Y no solo dispositivos que usemos directamente, sino que también usamos servicios que usan el GPS sin que lo sepamos.
Ahora mismo tenemos unos 2000 millones de dispositivos que dependen de la red de satélites para poder funcionar y para 2022 se espera que la cifra crezca hasta los 7000 millones; en unos años serán muchos más, pero 2000 millones lo siguen siendo. El problema no solo es que perderíamos muchísimos servicios, sino que además Bien, ¿qué ocurriría con estos dispositivos si los satélites de GPS dejasen de funcionar?
El GPS es mucho más que los mapas
De hecho, esta situación que proponemos ya ha ocurrido, por lo que no tenemos que imaginar mucho. En una ocasión, concretamente el 26 de enero de 2016, se estaba retirando un satélite de la constelación GPS, lo que provocó un fallo en cadena.
Si el GPS colapsa, todo colapsa
Ahora bien, como los GPS no se usan solo para los mapas, causó un total desastre. Una de las funciones más importantes de esta constelación formada por 32 satélites es, por ejemplo, saber la hora. Podríamos decir que un satélite GPS es un reloj espacial (son, concretamente, relojes atómicos). Y es tremendísimamente exacto; tanto, que si se descordina apenas unas millonésimas de segundo, todo se desmorona.
Y lo que ocurrió fue que muchísimas torres de telefonía dejaron de funcionar, junto con error de comunicación en las estaciones de bomberos de los Estados Unidos; incluso las señales de radio de empresas privadas como la BBC tuvieron problemas. Y todo esto, porque al retirarse uno de los satélites se introdujeron unos números erróneos en una base de datos.
La industria de las telecomunicaciones, los bancos, las líneas aéreas, los servicios de electricidad, la computación en la nube e incluso las emisoras de televisión, además de muchos otros servicios, equieren un tiempo GPS constante y preciso para funcionar. Por ejemplo, de los 16 sectores de infraestructuras críticos determinados por el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, 14 dependen directamente del GPS.
Esto podría solucionarse, por ejemplo, con alternativas al sistema GPS. Y, de hecho, las hay: GLONASS, el ‘GPS ruso’ y Galileo, el ‘GPS europeo’. También hay otros como el BDS (BeiDou Navigation Satellite System), el chino, pero solamente funciona en algunos países de Asia.
Imagen de portada | Boeing