Un gran muro submarino puede evitar que bloques de hielo se desprendan de la Antártida
Científicos han ideado un muro para parar los bloques de hielo de la Antártida, y retrasar o incluso revertir el proceso de desprendimiento.
21 septiembre, 2018 19:05Noticias relacionadas
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Uno de los efectos más devastadores del cambio climático lo vemos en el desprendimiento de gigantescos bloques de hielo en la Antártida. El aumento irregular de las temperatura provocan que estos icebergs se separen de la masa principal de hielo y acaben a la deriva en el mar.
Aunque es normal que se produzcan este tipo de desprendimientos, es más preocupante cuando se producen en grandes bloques. Sin ir más lejos, en 2017 se desprendió un bloque del tamaño de la provincia de Alicante, para hacernos una idea de la magnitud de lo que estamos hablando.
Un síntoma del calentamiento global
No es sólo que estos desprendimientos sean síntomas de la enfermedad que asola nuestro planeta; es que por si solos pueden ser muy peligrosos, moviéndose hacia las rutas de barcos de transporte. Por todo eso, mientras que los países se deciden o no a iniciar planes contra el calentamiento global, los científicos están ideando métodos para luchar contra estos bloques.
Tal vez la idea más chocante es la que unos geocientíficos de la Universidad Princeton han publicado: unos muros para contener los bloques de hielo de la Antártida. Sí, suena muy simplista y absurdo, pero los estudios apuntan a que pueden servir, como mínimo, a controlar la situación.
Por supuesto, poner un muro no evita que el bloque se deshiele; el objetivo en este caso es retrasar, o incluso revertir en parte el colapso del bloque. Y es que lo peor que puede pasar es que cada año empiecen a desprenderse más bloques, cada vez más grandes; dependiendo del ritmo, el mar puede convertirse en una trampa mortal de icebergs.
El muro para parar los bloques de hielo de la Antártida
Sobre todo si se desprenden partes grandes, como el glacial Thwaites en el oeste de la Antártida. El estudio se ha basado en esta parte, desarrollando simulaciones de lo que sería necesario para evitar que sea liberado al océano.
El muro en cuestión sería muy simple: un montón de tierra. Aunque hay un par de diseños diferentes. Uno de ellos implica crear montones de grava de unos 300 metros de alto debajo de la parte del glacial que flota en el agua; esto mantendría a la masa de hielo en su sitio, sin necesidad de que el muro sobrepase el agua.
Otra posibilidad, más cara, sería crear un muro continuo; de esta manera no solo se impediría que el glacial se moviese demasiado, sino también que las corrientes de agua caliente entrasen debajo de esta capa superior de hielo. Así se retrasaría o incluso impediría el desprendimiento.
Por supuesto, semejantes desafíos serían muy caros, y sus propios creadores afirman que podría no funcionar; probablemente dependa de cada caso, de cada glacial y su situación. Esto sería sólo una tirita para un problema mucho mayor, pero al menos nos daría algo más de tiempo.