Los videojuegos han cobrado tal relevancia que se han creado competiciones con millones de espectadores de todo el mundo. Así, ha emergido el concepto de eSports, que ahora mismo se encuentra en un limbo de regulaciones a la espera de que los estados se posicionen.
El gobierno de Coalición Canaria en las islas anunció su decisión de ofrecer clases extraescolares de eSports en una veintena de colegios canarios; sin embargo, la oposición no ha permitido que este plan siga adelante. El debate está servido, ¿los eSports deberían formar parte de la educación?
Los niños ya juegan lo suficiente en sus casas
El concepto de extraescolar define una actividad realizada fuera del horario escolar con un fin educativo. Teniendo en cuenta la definición, no parece que los eSports puedan calificarse de ese modo. ¿Qué tiene de educativo jugar al Call of Duty o a Fortnite?
Depende del juego del que hablemos; sin embargo, la mayoría de los videojuegos están enfocados a cubrir momentos de ocio, no a educar. Además, muchos de los títulos más vendidos están repletos de violencia, tales como: Battlefield 5, Red Dead Redemption 2 o Call of Duty: Black Ops IIII.
En este sentido, la OMS ha llegado a calificar la adicción a los videojuegos como enfermedad; hecho que choca con los eSports como actividad extraescolar, puesto que muchos niños ya dedican muchas horas al día a estar delante de la consola.
Sedentarismo y adicción
Que los videojuegos pueden fomentar el sedentarismo en los jóvenes es una realidad. No hace falta hacer referencia a organismos y estudios, basta con echarle un vistazo al parque al lado de tu casa.
Muchos hemos crecido con las consolas; sin embargo, las generaciones actuales forman parte de otro nivel tecnológico, nacieron prácticamente con una consola y un móvil bajo el brazo. A cualquier escéptico le recomiendo pasarse por las tardes por los parques de su ciudad y comparar con la gente que había hace una década.
Quizás sea una percepción personal; pero, me da la sensación de que muchos niños adoptan el sedentarismo. Quizás esta situación tenga algo que ver con el ocio que ofrecen Internet y los videojuegos desde la comodidad de nuestra casa.
Al sedentarismo se une la adicción. Es posible que conozcas algún caso cercano de niños que lo único que hacen en su tiempo libre es jugar. Ambos problemas son graves y, aunque no se den siempre, se relacionan con los videojuegos por la propia OMS.
Sí a las academias de eSports, no a los eSports en la educación pública
Las academias de eSports como la que ha formado Movistar Riders son iniciativas con lógica; cada uno es libre de hacer lo que quiera en su tiempo libre. La diferencia es que la Movistar Riders Academy es privada y no se promueve por parte de un estado, como en el caso de Canarias.
Seguro que muchos padres se llevarían las manos a la cabeza de conocer la propuesta en Canarias; como si los niños no jugasen lo suficiente en casa.
¿Qué podría aprender un niño jugando a videojuegos?
La necesidad de actuar en equipo es algo que se aprende especialmente en los shooters. La comunicación es indispensable en estos juegos y en los clubes de eSports, sobre todo si se quiere ganar; sin embargo, no es extraño escuchar gritos y descalificativos en esos momentos.
También es cierto que, en ocasiones, estos títulos ilustran conflictos históricos. Por un lado, el jugador aprenderá sobre historia; por otro, para ganar en el juego hay que matar, situación poco educativa. En ningún momento pretendo decir que por esa razón un niño vaya a ser agresivo; pero, esa vertiente carece de positividad en la educación.
Curiosamente, los juegos que mejor ambientan períodos históricos son los más sangrientos. Assassin’s Creed, Call of Duty o God of War son ejemplos de este tipo.
Creación de juegos más educativos
Las marcas deberían centrarse en crear juegos que sirviesen para el ámbito educativo. Fácil de decir, difícil de cumplir. Hay que tener en cuenta que ni los niños ni los padres hacen caso a las recomendaciones de edad de los títulos; esto es, no es nada extraño ver a un niño de 10 años con un juego de mayores de 18.
En este sentido, existe una gran división entre los juegos para niños menores de 5 años y los demás. Además, como es obvio, las marcas se centran en ganar dinero y no en educar; la sangre y los disparos dan mucho más dinero que juegos que pudieran estar destinados a la educación.
A mi parecer, queda mucho para que los videojuegos puedan considerarse educativos. La industria parece enmarcada en lo de siempre porque el negocio sigue funcionando.
Foto destacada: Pxhere
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