La realidad virtual dejó de ser cosa del futuro para convertirse en una tecnología que cualquiera puede probar. Para ello basta con un móvil y unas gafas adaptadas a la pantalla de dicho móvil: carga un juego, vídeo, aplicación… compatible con realidad virtual y podrás adentrarte en otros mundos sin abandonar la habitación.
Pese a que la realidad virtual se ha hecho accesible, esta tecnología ofrece distintos rangos de calidad y de inmersión. Por la parte baja estarían unas gafas de cartón y un móvil, por ejemplo; por la parte alta se encontraría Zero Latency, una compañía de entretenimiento que ofrece salas de realidad virtual y un equipo que te transporta, literalmente, dentro del juego. La compañía desarrolla el software, el hardware, el entorno y también la experiencia; consiguiendo con ello una inmersión total.
Zero Latency posee varios centros en todo el mundo donde ofrece acceso a su tecnología. En España ya estaba abierto el local de Madrid, en la calle Pradillo número 54. Y ahora la empresa abre un nuevo local en Barcelona, en el centro comercial Parc Vallés, en Terrasa. Previo a la apertura oficial tuve la suerte de probar su simulación.
Una realidad virtual como debería ser la realidad virtual
Dada mi pasión por la tecnología he ido probando todo lo referente a la realidad virtual. Gafas Cardboard de Google, Gear VR de Samsung… Incluso jugué con la que, al menos hasta el momento, consideraba la mejor experiencia: las gafas HTC VIVE sin cable. Visitar Zero Latency me cambió la perspectiva.
Cada uno de los locales de la empresa consta de distintas salas. Recibidor, habitación donde los técnicos explican cómo funcionan nos aparatos, pasillo de entrada a la sala principal… Es esta sala la clave de todo: un enorme espacio diáfano (el Zero Latency de Barcelona posee 500 m2 dedicados a la realidad virtual) donde los jugadores, un máximo de 8 por partida, pueden moverse casi a sus anchas por los espacios virtuales generados por el ordenador.
Dado que el espacio virtual es ilimitado, todo lo contrario que el real, disponer de una amplia sala es sumamente cómodo y seguro. Dicha sala está a oscuras para que las cámaras puedan captar el movimiento de los jugadores y de las armas; trasladando los movimientos a los personajes virtuales, que interactúan con el mundo generado por ordenador. Para captar el movimiento el equipo de Zero Latency hace uso de pequeñas bolas de color, similares a las que se utilizan en captura de movimiento o en los mandos de PlayStation Move, por ejemplo.
Mochila, gafas, auriculares… Las analogías con los Cazafantasmas no son casuales
Para sumergirse en la realidad virtual hacen falta unas gafas con pantalla. Dada la enorme capacidad de procesamiento que necesita el sistema de Zero Latency cada jugador va equipado con una pesada mochila donde se sitúa el el ordenador que procesa la información. El equipo se completa con baterías, luces… Y cascos con micrófono, como los soldados que se adentran en terreno de batalla. De hecho, uno de los juegos simula algo parecido.
Cada jugador carga con la unidad de procesamiento, baterías y equipos de comunicación en la espalda
Caminar con todo el equipo encima resulta ser mucho más cómodo de lo que parece a pesar de que la mochila pesa lo suyo. Todo va asegurado para que no se caiga, incluso las gafas y los auriculares quedan anclados a la mochila. Y luego hay que llevar el arma, un enorme y realista fusil que también posee sus luces para que el sistema de captura de movimiento registre la posición en el espacio vacío de la sala. El equipo convierte a cada jugador en una especie de Terminator. Las bromas de “Volveré” no se hacen esperar.
Lo mejor de Zero Latency no solo es la gran calidad de su simulación, también que la experiencia se comparte con hasta siete jugadores. Esto hace que el juego sea colaborativo y también competitivo: desde juntarse alrededor de unos orbes virtuales para avanzar de pantalla a competir por ver quién mata más zombis.
Es colocarse las gafas, ajustarse los auriculares y poner en marcha los micros para que la penumbra se transforme en luz y el vacío de la sala de juego se convierta en un mundo al que los ojos se resignan a adaptarse. La sensación no dura ni unos segundos: el cerebro asume la realidad virtual como verdadera, con todo lo que ello conlleva.
Escalar monumentos, asomarse a precipicios, aniquilar zombis… La realidad virtual de Zero Latency es muy real
Pude probar dos juegos: Engineerum y Zombie Survival. Cada uno poseía un estilo y orientación diferentes: con el primero la clave era disfrutar de entornos inmensos y virtuales mientras el cerebro experimentaba con el vértigo inducido; el segundo era todo un “deathmatch” que te metía en un Resident Evil a lo bestia. Engineerum es apto para descubrir cómo la realidad virtual puede engañar por completo a nuestros sentidos. Zombie Survival es puro entretenimiento.
Si bien la simulación no es perfecta ya que la resolución posee ligera pérdida de nitidez (las gafas se pueden graduar para minimizar el efecto), la “latencia cero” consigue que no haya muros entre las reacciones reales y las virtuales. Realmente te sientes escalando construcciones de una especie de civilización maya extraterrestre, también la sensación de empuñar un arma capaz de aniquilar a todo lo que se mueve es sumamente realista. Impresionante.
La sesión duró una media hora, quince minutos por juego. Los gráficos son realistas dentro del imaginativo entorno de los juegos. Y todos los movimientos se ven trasladados al entorno virtual en tiempo real. Pese a la incomodidad de tener una pesada mochila en la espalda, unas gafas ancladas a la cara y los auriculares completando el atuendo, la sala física desaparece por completo viéndote trasladado a otro mundo. Es la mejor realidad virtual que he probado, seguramente sea la mejor de todas. Al menos en el plano del entretenimiento.
Dos salas en España para disfrutar de la realidad virtual de Zero Latency
Con la apertura en Barcelona la empresa de ocio posee dos locales en España. Para visitarlos solo hace falta reservar a través de su página web. Los grupos son de un máximo de 8 personas, cada juego dura unos 15 minutos (más la preparación) y los precios van de los 20 euros por persona y sesión a los 35 euros del pack de dos juegos por sesión (a elegir y por persona). Si quieres experimentar la realidad virtual no hay mejor sitio que Zero Latency.
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