¿Ha sido el CES 2019 una decepción?
Ya ha finalizado el CES 2019 celebrado en Las Vegas y ahora muchos lanzan la incógnita al aire: ¿ha sido una decepción o no?
12 enero, 2019 19:01Noticias relacionadas
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Y se acabó. El CES 2019 celebrado en Las Vegas ya ha tocado fin, y todos los medios, youtubers y personal están volviendo a sus hogares y lugares de trabajo. El CES ha sido un espejo, un anticipo en el que hemos podido ver algunos de los futuros pasos que dará la tecnología en el año 2019. Junto al IFA de Berlín y el Mobile World Congress de Barcelona, este CES es uno de los eventos más importantes del año.
Pero si buscamos información sobre las conclusiones del CES veremos que diversos medios, principalmente estadounidenses, califican el evento de “decepción”. ¿Ha sido este CES una versión descafeinada de lo que nos ha estado dando dicha feria en los últimos años? La respuesta está dividida entre el sí y el no.
CES: ¿ha sido muy flojo?
El famoso portal Gizmodo ha publicado un interesante artículo con una clara metáfora. Andando por las instalaciones del CES el último día antes de que se despidiera hasta el año que viene, se han encontrado con un stand de Shenzen 3iRobotics en el que debería haber productos, muestras y personal autorizado. ¿Qué se encontraron? Esto.
Un hombre sentado en una silla, con el stand vacío y con una mesa birriosa. Según el medio, una metáfora de lo que ha sido el CES. Un evento triste, somnoliento, sin nada que mostrar e incluso con toques sombríos. Realmente a nadie le gusta ver a gente dormir en mitad de uno de los eventos más importantes del año.
Pero lo cierto es que si repasamos algunas de las conferencias más importantes de la feria, veremos que ni de lejos es lo que estábamos esperando. Algunos de los nombres en los que más esperanza se había depositado eran Samsung, LG, AMD, Nvidia o Sony. Sí, ha habido lanzamientos importantes, como la AMD Radeon VII, nueva GPU de la firma o la nueva familia de Intel que adoptará al fin los 10 nanómetros.
No vamos a negar que analizando cada evento por separado… nos llevamos un chasco. AMD ha defraudado y no ha mostrado la nueva generación de procesadores Ryzen 3000 cuando más lo necesitaba, dada la situación de Intel y sus problemas a nivel de infraestructura. Ha dado una muestra pero poco más y ha centrado su conferencia en los Epyc, en las GPU y ha hablado de unos futuros Threadripper y los Ryzen 3000.
Por la parte de Nvidia, nos llevamos el anuncio de la Nvidia RTX 2060, una tarjeta gráfica con un sobreprecio cuya única función de ser es traer un rendimiento sobrado a la gama media, pero pagando un coste. Además de eso, también recibimos unas declaraciones nada agradables de su CEO, Jensen Huang sobre AMD.
Pero ¿y qué más tenemos? Samsung ha hablado de su teléfono plegable, pero ha presentado principalmente electrodomésticos. LG sí ha dado la campanada con su nueva familia de pantallas OLED curvas, monitores gaming y sobre todo con el primer televisor enrollable del mercado que llegará este mismo año.
En líneas generales y siendo honestos, no hemos visto nada que no hubiéramos visto antes. Salvo innovaciones curiosas o el inicio de los móviles con agujero en la pantalla con los Honor View 20 y Huawei Nova 4 en el mercado, los fabricantes han hablado mucho pero han mostrado poco.
Las marcas quieren su propio espacio y ya hay otros eventos por llegar
La competencia es cada vez más feroz, y los fabricantes se están dando cuenta de que si quieres mostrar tu producto y dar una gran campanada en el mercado no puedes hacerlo cuando los focos y los flashes están ocupados con otros aparatos que en ocasiones son más interesantes que los tuyos. La estrategia entonces no es mostrar, sino enseñar qué pasos vas a dar.
Porque eso es lo que han hecho las marcas en este CES. No han mostrado qué van a presentar este año, sino su plan a seguir. Samsung se reserva su lote más grande para algunos eventos independientes como las presentaciones del Galaxy S10, el Galaxy F o el futurible Galaxy Note 10. AMD, por su parte, también se guarda los Ryzen 3000 para competir de tú a tú contra Intel en un evento independiente. Si no, pensemos: ¿hubiera tenido tanto protagonismo el Galaxy F estando el móvil plegable del CES presente?
Esto mismo pasa con Nvidia. La nueva generación de tarjetas de la serie 20, las RTX se presentaron en un evento independiente. Se han guardado para el CES una de las más interesantes pero lejos del target principal de productos que quiere vender Nvidia: la gama media. Y de hecho, todo apunta a que el Mobile World Congress será más de lo mismo.
Porque Samsung se reserva el S10 para un evento independiente. No se sabe nada de LG y de si su G de turno tendrá una relevancia tan grande como para remontar. Se espera el Sony Xperia XZ4, pero por primera vez sin una versión Compact (o a eso apuntan los rumores).
Las marcas han aprendido que los usuarios estamos cada vez más pendientes de este tipo de avances y quién llega primero se queda antes con su silla. Sobre todo si tu innovación se presenta sola; si lo haces en compañía, está claro que otros competidores saldrán al paso e intentarán conseguir más protagonismo. Y sabiendo el año que ha tenido por ejemplo Samsung esto es algo que no se pueden permitir.
La tecnología ya está alcanzando ciertos límites
Si bien es cierto que hemos visto auténticas maravillas tecnológicas en esta feria, tenemos que ser conscientes de que no todos los años puede venir una firma y arramblar con el escenario con algo totalmente novedoso y fresco. Y esto no nos lo estamos inventando nosotros; los datos están ahí.
Las nuevas RTX, respecto a sus predecesoras directas, en términos de potencia bruta suponen una mejora de entre un 10 y un 30 por ciento. La nueva GPU de AMD, la Radeon VII es tan sólo un 20 por ciento más potente que Vega 64. E Intel tampoco se ha escondido al decir que el silicio está llegando a sus límites y que la futura gama Ice Lake no será muchísimo más potente que la novena generación de Coffee Lake Refresh.
Tenemos que entender que alcanzar dichas mejoras, incluso algunas tan recientes como un lector de huellas en pantalla conlleva investigación, tiempo, dinero y recursos. Y hace años estos eventos nos maravillaban con las infinitas posibilidades mostrándonos lo que aún no se había conseguido pero que estaba próximo a llegar. Ese es el problema: lo que era un sueño hace años ahora es una realidad.
Mi compañero de El Androide Libre, Iván, tuvo a bien hablar de este tema. La gente espera que cada año todas las marcas ofrezcan un espectáculo bombástico en el que nos maravillemos con todo lo que viene. La tecnología ha alcanzado una madurez y una estandarización tales que ya no puede ofrecer ese circo con la misma intensidad y a diferencia de lo que se pueda pensar, esto es bueno.
La tecnología no es un circo porque es mucho más. La tecnología nos ayuda a que el mundo funcione mejor, a solventar nuestros problemas diarios y a hacer de nuestra vida más fácil. Y la tecnología nos da eso y mucho más. El público quiere que nuestro smartphone sea capaz de hacer tortitas mientras nos pone Netflix en un proyector cuando siquiera el 10 por ciento de nosotros usaríamos esta chorrada.
Y por eso, sí: el CES ha sido una decepción pero no por su culpa.
Sí, el CES ha sido flojo pero está bien que lo sea
Sorprende que habiéndose presentado tales locuras como esas olas hechas de televisores OLED o el primer televisor enrollable del mundo la gente considere al CES una decepción. Precisamente esa es la cuestión: los grandes logros de la feria quedan relegados a un segundo plano ante la ausencia de este tipo de bombazos cada 5 minutos.
Hemos visto cómo el gaming ha recibido importantísimas mejoras que harán que los más entusiastas del hardware se froten las manos entusiasmados. La telefonía adquirirá un nuevo status con las mejoras como el agujero en la pantalla o la irrupción de los paneles flexibles. E incluso por fin hemos podido asistir a conceptos de futuro que hasta hace unos años se consideraban directamente irreales, que las marcas están dispuestas a llevar a cabo.
El CES ha sido una decepción, sí. Pero el año que viene, salvo que llegue una nueva tecnología a copar titulares y a ofrecer ese circo que muchos quieren, será otra decepción. Igual que el Mobile World Congress. Igual que el IFA de Berlín. Y las miradas estarán puestas en la caterva de eventos de presentación que se esperan para el 2018. Porque las marcas han descubierto que así funciona el mercado. Y una empresa quiere ganar dinero, no contentarnos.
Así que aunque el CES 2019 haya sido una decepción, espero que mi compañero permita recoger el testigo y repetir sus palabras para intentar concienciar a alguien que esté leyendo estas líneas: señoras y señores, la tecnología no es un circo.