Reciclar las baterías de los coches eléctricos, ¿es posible?
El reciclaje de baterías es algo esencial, sin embargo, muchos dudan de que pueda hacerse con las baterías de los coches eléctricos. ¿Están en lo cierto?
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El futuro de la automoción parece alejado del uso de combustibles como la gasolina o el diésel. Los coches eléctricos han ganado el pulso y cada vez tienen una mayor presencia en ciudades de todo el mundo.
Pese a las ventajas de los eléctricos, aún queda mucho por mejorar, como su autonomía y el tiempo de recarga. Respecto a sus baterías, son muchos los que aseguran que no es posible reciclarlas, pero, ¿están en lo cierto o se equivocan?
¿Reciclar baterías de los coches eléctricos?
Las baterías de los coches eléctricos cuentan con metales como el acero, litio, cobre, cobalto y níquel; además de plásticos para el aislamiento o electrolitos líquidos. Esta combinación de materiales pesa cientos de kilogramos que podrían servir para otros fines una vez acabada la vida útil de la batería. Si se consiguieran reciclar estas baterías se ahorraría tiempo y dinero.
Antes de que la batería de un coche eléctrico se estropee deberán pasar largos años; sin embargo, existe la necesidad de crear una estructura enfocada a reciclar este tipo de baterías. En un futuro, su reciclaje podría suponer un impacto masivo en beneficio de la sociedad; pero, aún hay muchos que dudan de la posibilidad de reciclarlas, ¿tendrán razón?
Ahorro de millones de euros
Para demostrar que el reciclaje de baterías de los coches eléctricos es posible, el portal Electridrive ha visitado Duesenfeld, una empresa de reciclaje alemana. El medio citado fue testigo del desmontaje de varias baterías pertenecientes al BMW i3.
En primer lugar, y como es lógico, deben ser descargadas por completo. Después, los empleados desmontan las baterías manualmente, siguiendo el mismo proceso que en otras compañías de reciclaje. La zona exterior, sus estructuras de sujeción, cables, el circuito de refrigeración y los módulos pueden desmontarse con una herramienta simple, para depositarse a posteriori en sus correspondientes cajas.
En este punto, comienzan las diferencias de Duesenfeld respecto a otras empresas de reciclaje. Muchos compañeros del sector utilizan la denominada descomposición térmica en un horno de alta seguridad. Debido a las temperaturas de 450 o 500 grados, las válvulas de las células se abren bruscamente y el electrolito se quema rápidamente; esto es, la separación de los materiales restantes se convierte en una tarea demasiado complicada.
Triturar en lugar de quemar
Christian Hanisch, director gerente de Duesenfeld, explica que trabajan con mecánica en vez de con temperatura. De este modo, la empresa alemana emplea una trituradora de nitrógeno gaseoso, evitando las reacciones químicas que se dan con la descomposición térmica.
Con esta técnica, primero se evapora el electrolito líquido y después se recupera mediante la condensación. Posteriormente, el electrolito fluye hacia un recipiente. Esta forma de actuar permite separar la mezcla restante de materiales mediante procesos con imanes o aire.
Esta técnica de trituración logra reutilizar metales ferrosos, no ferrosos y polvo de litio; además de otros residuos como níquel, manganeso y cobalto. De este modo, gran parte de la batería original podría conservarse para usos posteriores.
La fábrica alemana ha demostrado la posibilidad de reciclar baterías de coches eléctricos. Los fabricantes deberían pensar en reciclar sus baterías, puesto que, quizás dentro de 10 o 20 años comiencen a estropearse baterías en masa y podrían ahorrar grandes cantidades de dinero. Como es lógico, no todo es dinero. El medioambiente también se vería recompensado con este sistema de reciclaje totalmente ligado al futuro del sector automovilístico.
Foto destacada: GBatteries