Aún recuerdo cuando los Dash Buttons se presentaron por primera vez. También recuerdo cuando llegaron a España. Y cómo, desde el primer día, la idea no llamó la atención de absolutamente nadie. Ahora podemos decir, sin lugar a dudas, que el Dash Button es un raro fracaso de Amazon, una compañía acostumbrada a ganar.
Prácticamente todo lo que toca Amazon se convierte en oro. El asistente personal Alexa y los altavoces inteligentes Echo son sólo los últimos en una larga línea de éxitos. El Kindle es el lector de libros electrónico por antonomasia. En Internet, el servicio AWS es uno de los más usados para aprovechar el potencial de la nube. Y por supuesto, sin olvidarnos de la propia tienda web.
Los Dash Buttons de Amazon desaparecen de la tienda
Pero eso no significa que Amazon sea perfecta. También comete sus propios traspiés de vez en cuando. El Dash Button se ha sumado a esa pequeña lista, al desaparecer completamente de la tienda web; ya no podemos comprarlo y probablemente no lo veamos nunca más, a menos que sea profundamente rediseñado.
Si no te acuerdas, el Dash Button era un simple botón que, sólo con pulsarlo, nos permitía comprar un producto de manera automática. El dispositivo ya tenía nuestra cuenta e información de pago pregrabada, así que no teníamos que hacer nada más. Sólo esperar a que llegase el paquete con lo que hubiésemos pedido. Había versiones del Dash Button para todo tipo de productos, y podíamos crear el nuestro con nuestro producto favorito.
La idea de Amazon era usar estos botones para los productos de primera necesidad, o que usásemos a diario. Como el detergente, el champú, o los condones. Ese tipo de cosas que cuando usas el último te das cuenta de que se te olvidó apuntarlo en la lista; eso no volvería a pasar: en cuanto te dieses cuenta de que no te quedaba mucho de un producto, podías pulsar el botón directamente. Lo ideal era que el botón estuviese en el mismo sitio en el que guardamos el producto, en vez de tener que buscar el móvil para hacer el pedido.
Eso suena muy bien… para Amazon. Con el tiempo, se ha demostrado que los Dash Button eran la solución para un problema que no existía. Es cierto que la industria tecnológica es experta en eso; pero en este caso hasta los fanáticos del Internet de las Cosas se dieron cuenta de que algo iba mal. No es que estos botones fuesen inútiles; sobre todo si los modificabas o los “hackeabas” para otros propósitos.
Estos botones son algo más que un experimento fallido. Representan lo peor del Internet de las Cosas. Cacharros que son inteligentes sólo porque pueden serlo, sin una utilidad real que nos haga sentir que nuestras vidas han sido mejoradas. No los echaremos de menos.