Cuando un robot entra en tu habitación de hospital y te dice que vas a morir
El uso de robots en hospitales tiene un gran potencial, pero como este caso demuestra, también es fácil perder de vista al paciente.
11 marzo, 2019 11:17Noticias relacionadas
- Airbus presenta un avión con las alas de un ave de presa, ¿el futuro de la aviación?
- Estos robots microscópicos son tan diminutos que se mueven a base de vibraciones
- El gif del robot que juega a los bolos: ¿es real?
- Los coches conectados no usarán WiFi: los países europeos votan en contra como quería España
El uso de robots e Inteligencia Artificial en medicina está cada vez más extendido, y en su mayor parte eso son buenas noticias para los pacientes; estamos hablando de una gran ayuda para los médicos, aunque nunca de sustitutos. Ya estemos hablando de sistemas que permiten operar a miles de kilómetros de distancia, o IAs capaces de diagnosticar el cáncer, la medicina tiene un gran potencial en esta revolución tecnológica.
Al mismo tiempo, es importante que los profesionales de la medicin nunca olviden para quién están haciendo todo esto: para sus pacientes. Si se pierde de vista el factor humano, si se olvida que detrás de los resultados de un algoritmo, detrás de una pantalla, hay una persona, los resultados pueden ser toda una afrenta para la medicina. Corremos el riesgo de que los hospitales pasen a ser talleres, en los que los pacientes entren y salgan, sin importar cómo.
Robots en hospitales que anuncian nuestra muerte
La historia contada por la familia de Ernest Quintana puede ser un adelanto de lo que está por llegar. Quintana murió la semana pasada de un fallo pulmonar, que ya había sido previsto por los médicos; lamentablemente, no se pudo hacer mucho por su vida, y el paciente y la familia lo sabían. El problema es cómo lo descubrieron: porque un “robot” se lo dijo.
El día en el que recibieron la noticia, Quintana había sido admitido en el hospital Kaiser en California del Norte, EEUU. De repente, en la habitación entró rodando un robot, con un par de pantallas en el frontal; en la inferior se mostraba información, y en la superior aparecía la cara de un profesional con un conjunto de auriculares y micrófono.
Este es un robot teledirigido, y es posible que su diseño te suene si has visto The Big Bang Theory; al igual que hizo Sheldon, el médico usó el robot para llegar hasta el paciente sin tener que moverse del sitio. La diferencia es que no lo hizo para conseguir unas risas fáciles; sino para informar a su paciente de que sus pulmones estaban fallando y que le quedaba poco tiempo de vida. Sabemos esto gracias a la grabación que la nieta de Quintana hizo con su móvil. En un principio, lo hizo para poder repasar con cuidado lo que iba a decir el médico y no perderse en la emoción del momento; pero esa grabación se ha vuelto viral, y las críticas al hospital han sido constantes.
Un caso que debería ser una llamada de atención para el sector
El resultado de la visita hubiera sido el mismo, sin importar si el médico hubiera visitado al paciente en persona; y probablemente si las pruebas hubieran ido diferente, ahora mismo no estaríamos hablando de ello. Pero al presentar un pronóstico tan fatídico a través de una pantalla, el hospital y el profesional demostraron una falta de tacto increíble.
El uso de estos robots es cada vez más común en hospitales, y por una buena razón. Permiten pasarse por la habitación de los pacientes sin moverse del sitio; así que estas visitas son más comunes, el paciente recibe más información, y el médico puede dedicar su tiempo a más pacientes. Para un hospital privado, es una gran inversión pero se compensa si le permite contratar menos personal.
El hospital ha pedido perdón públicamente después de que el vídeo se hiciese viral, y ha asegurado que repasará el uso de estos robots para “mejorar la experiencia de los pacientes”. Sin embargo, también afirma que este caso fue excepcional y que las visitas con robots no reemplazan las evaluaciones en persona.
Este es un caso que reavivará el debate sobre el uso de las nuevas tecnologías en los hospitales.