Esta pastilla inteligente evitará que tengas que volver a ponerte una inyección
La RaniPill es una pastilla que sustituye a las inyecciones, que podemos tragar como una pastilla normal pero que sirve para más compuestos.
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La miniaturización de la tecnología va a ser revolucionaria para el campo de la medicina. Permitirá a los médicos introducir pequeños robots en nuestro organismo, que registren datos relacionados con nuestro estado de salud e incluso sean capaces de aplicar la cura. Puede que aún falte un poco para que nos metan nanobots en vena, pero lo que sí es más probable que veamos muy pronto es un mayor uso de pastillas inteligentes.
Una pastilla tradicional se basa en una cápsula protectora que contiene la medicina en cuestión; esta capa se destruye con los ácidos y líquidos del estómago o del intestino y suelta el principio activo para que sea absorbido por el sistema. Sin embargo, no todas las medicinas pueden ser absorbidas de esta manera; eso por no mencionar el cuidado que tenemos que tener para tomarnos la dosis correcta cada cierto tiempo.
La pastilla que sustituye a las inyecciones
Con las nuevas tecnologías, la pastilla puede evolucionar para solucionar esos problemas y convertirse en la verdadera alternativa a las inyecciones. Un ejemplo lo tenemos en RaniPill, uno de los primeros productos que parece que llegarán al mercado. Sus creadores lo definen como una “pastilla robótica”, porque es capaz de funcionar de manera muy diferente a una pastilla normal una vez que entra en nuestro sistema digestivo.
A simple vista, la RaniPill parece una pastilla tradicional; también tiene una capa protectora diseñada para disolverse cuando entra en contacto con los elevados niveles de pH de nuestro intestino. La diferencia es que este es sólo el primer paso; una vez que esta capa desaparece, el interior de la pastilla se hincha como un globo.
El exterior de este globo tiene una serie de “microagujas” rellenas del principio activo en cuestión. Cuando pinchan en las capas del intestino, inyectan la medicina directamente en la sangre. Aunque suene doloroso, en realidad no lo notaremos ya que las agujas tienen un grosor ridículo; para el paciente, será como tragarse una pastilla común.
Esta tecnología por lo tanto junta características de las pastillas y las inyecciones. Hay medicinas que no pueden ser absorbidas por el sistema digestivo, y para las que una inyección es obligatoria; usando esta pastilla es posible evitar las jeringuillas. En concreto, este sistema puede servir para inyectar compuestos que son especialmente grandes y por lo tanto, difíciles de absorber; como péptidos, proteínas o anticuerpos.
Lo interesante es que este no es un proyecto futurista; los creadores de RaniPill ya han llegado a acuerdos con grandes empresas farmacéuticas para usar esta tecnología en sus productos; las primeras pruebas con humanos ya se han completado con éxito, y se esperan más detalles en el 2020.
Existen muchos otros ejemplos de pastillas inteligentes; como una desarrollada por el MIT y diseñada para diabéticos. La diferencia es que la RaniPill sirve para muchos tipos diferentes de medicamentos y para el paciente no es una gran diferencia.