Soldados ya están usando realidad aumentada para entrenar "como si fuera el Call of Duty"
El visor de realidad aumentada para soldados de Microsoft ya está siendo usado en maniobras, convirtiendo la experiencia en un videojuego.
8 abril, 2019 10:08Noticias relacionadas
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El pasado noviembre Microsoft se metió en una de sus mayores polémicas de los últimos años; pero en este caso no era por un fallo de Windows, sino por su decisión de vender sistemas Hololens al ejército estadounidense. Las Hololens son probablemente las gafas de realidad aumentada punteras del mercado, aunque eso no significa mucho aún; al igual que la realidad virtual, la realidad aumentada, consistente en sobreimponer objetos virtuales sobre el “mundo real”, aún está en sus inicios.
Hasta ahora, las Hololens han sido el típico producto para presumir, pero con poca utilidad real para el consumidor medio. La posibilidad de convertir nuestro salón en un terreno de juego, en una pizarra de trabajo, o en un mundo de fantasía suena muy bien, pero las pocas aplicaciones disponibles y el precio (3.500 €) lo han relegado al terreno empresarial. En ese contexto hay que comprender que Microsoft estuviese tan contenta por conseguir un contrato de 479 millones de dólares con la US Army, el ejército de los EEUU, para suministrar dispositivos de realidad aumentada a sus soldados.
El visor de realidad aumentada para soldados que convierte su trabajo en un juego
Apenas unos meses después, la CNBC ha podido revelar cómo los soldados ya están usando estos dispositivos, llamados IVAS (Integrated Visual Augmentation System). Por el momento, no están siendo usados en combate, simplemente porque no hay nadie entrenado para ello; así que por ahora estos dispositivos están siendo usados en maniobras, para comprender mejor su funcionamiento y sus posibilidades.
Los IVAS en realidad son dispositivos Hololens 2 modificados para adaptarse a las necesidades del cambio de batalla. Son fácilmente reconocibles, ya que están basados en el producto comercial pero con una diferencia: una cámara termográfica para detectar enemigos en la oscuridad. Por lo demás, el hardware es muy parecido, y por lo tanto es capaz de hacer lo mismo que unas Hololens normales: mostrar gráficos e imágenes en tres dimensiones en el visor para mostrar información y ayudas a los soldados en el campo de batalla.
Según el periodista de la CNBC que lo pudo probar, la experiencia es parecida a jugar a Call of Duty, o a otros videojuegos de guerra. Con este visor, el soldado obtiene importante información, como un mapa de la zona en la que aparece la localización del soldado y los compañeros de escuadrón. También se integra una brújula en la parte superior, indicando la posición del objetivo, como si estuviésemos jugando a Skyrim.
¿Deberían las tecnológicas trabajar con los ejércitos?
Gracias a la implementación de la cámara termográfica, el IVAS también tiene capacidades de visión nocturna, mostrando a enemigos como fuentes de calor, incluso si usan bombas de humo. Y, como esta versión está pensada para el entrenamiento, también puede mostrar datos relacionados con el rendimiento y cómo el equipo se ha integrado.
Aunque el sistema aún está en pruebas (y tiene algunos bugs), el potencial que tiene puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte, entre cumplir la misión y salir con el rabo entre las piernas. O al menos, esa es la esperanza tanto de los altos mandos del ejército como de Microsoft, que se juega futuros contratos multimillonarios en estas pruebas. Aunque esa no es la respuesta oficial que la directiva dio a los empleados de la compañía que protestaron por este contrato, claro.
En vez de eso, Microsoft jugó la carta patriótica, afirmando estar orgullosa de su trabajo con el ejército de los EEUU. Un orgullo que no todas las tecnológicas se han atrevido a mostrar. El uso de nuevas tecnologías, como Inteligencia Artificial, aprendizaje automático y robots en la guerra ha levantado la polémica entre las plantillas de Google, Amazon y otros gigantes. Muchas de las mentes pensantes detrás de estos avances no quieren que sean usados para matar a los enemigos de EEUU. Pero es innegable que los gobiernos obtendrán esa tecnología; la única pregunta es quién se la va a vender.