La robótica actual bebe mucho de otras fuentes que nada tienen que ver con ella. Por ejemplo, hemos visto a robots inspirados en las ventajas del origami, basados en personajes de ciencia ficción y mucho más. La tendencia de que los robots imiten a los animales y a sus mejores características es cada vez más común. Este robot que ahorra energía se ha inspirado en los perezosos, que siguen un factor común.
Este robot que ahorra energía es el hermano lejano de los perezosos
Los robots están diseñados para realizar tareas que los humanos, por sí solos, no podemos completar. Puede que todo lo contrario al dinamismo y a la usabilidad sea un perezoso. Entonces, ¿por qué fijarse en uno para hacer un robot? Fácil; en la pereza se esconde la magia.
Este robot ha sido desarrollado por los asistentes de investigación Gennaro Notomista y Yousef Emam, graduados en la Georgia Tech. El proyecto está siendo liderado por el profesor Magnus Egerstedt. El robot ha sido apodado SlothBot, un juego de palabras entre perezoso y robot en inglés.
Los perezosos, al ir tan lento, queman relativamente pocas calorías. Gracias a esto, tienen más energía ya que al fin y al cabo están realizando menos movimiento. Este principio se aplica a SlothBot; al ir muy lento es más eficiente en el uso de energía, un mal endémico de los robots que están limitados por baterías. Uno de sus principales usos sería el monitoreo medioambiental.
Su cuerpo está hecho mayoritariamente de engranajes y piezas impresas en 3D. Sus ruedas de goma que funcionan con baterías se agarran al cable dispuesto en horizontal y estas le sirven para moverse a través del cable. Si los cables están conectados, irá por estos y cambiará de carril si lo ve necesario. Exacto; igual que los perezosos en su hábitat natural.
Por ahora se está testeando en zonas cerradas, pero esperan poder probarlo en una plantación de cacao en Costa Rica para que, usando los cables que hay ahí, transportaría cacao. El SlothBot, además, podría observar a otros perezosos, ya que estos cables también son usados por estos. Su siguiente parada, no obstante, será trabajar en condiciones de monitoreo en el dosel de los árboles en el Jardín Botánico de Atlanta este otoño. El director del proceso lo deja claro;
“Lo que cuesta energía más que cualquier otra cosa es el movimiento. Moverse es mucho más costoso que sentir o pensar. Para los robots ambientales, solo debes moverte cuando sea absolutamente necesario”.
Imagen de portada | Georgia Tech
Noticias relacionadas
- Estos robots microscópicos son tan diminutos que se mueven a base de vibraciones
- Cámaras y accesorios de 13.000 dólares por 100 dólares, el costoso error de Amazon en el Prime Day
- Este hotel japonés ha instalado un simulador de vuelo gigante en una de sus habitaciones
- Un reloj con 8 pantallas desplegables, la nueva idea loca de IBM