Ingeniero de la NASA afirma haber creado motor que viola las leyes de la física
- El motor helicoidal podría alcanzar el 99% de la velocidad de la luz.
- Es un concepto polémico y criticado, pero sus defensores presumen de potencial.
- No es el primer motor semejante.
Un motor que nos lleve a las estrellas, a prácticamente la velocidad de la luz y sin necesidad de llevar combustible es posible. Esas son las polémicas declaraciones de David Burns, ingeniero del Centro Marshall de vuelos espaciales de la NASA.
La idea de un motor semejante desafía las leyes de la física tal y como las conocemos; implicaría la posibilidad de generar empuje sin necesidad de convertir energía, aprovechándose simplemente de la propia física.
Es un concepto atractivo, y no es de extrañar que muchos hayan intentado hacerlo realidad. Uno de los grandes obstáculos para la exploración espacial está en la necesidad de llevar combustible para los motores que generan empuje; sin el combustible, sería posible crear naves más pequeñas que recorriesen distancias más largas.
El motor que puede alcanzar casi la velocidad de la luz
Burns cree que ha dado con la clave para hacer realidad un motor semejante, pero al mismo tiempo es humilde; afirma que sólo lo ha hecho público porque cree que merece la pena intentarlo, pero que si se demuestra que su diseño no es posible, él será el primero en admitirlo.
Estaríamos ante un "motor helicoidal", que se aprovecha de cómo las velocidades cercanas a la de la luz afectan a la masa. El concepto básico es muy simple, como explican en New Scientist.
Pongamos una caja en una superficie sin rozamiento. Dentro de la caja, hay una barra con un anillo que puede moverse libremente. Si usamos un muelle para mover el anillo, este se deslizará por la barra, mientras que la caja se mueve en dirección contraria. Es la ley de acción y reacción, primero descrita por Isaac Newton; si un cuerpo actúa sobre otro, este reacciona sobre aquel con otra fuerza del mismo valor y dirección, pero en sentido contrario.
Hasta ahí, todo normal. La caja no avanzaría porque, al volver al otro extremo de la barra, el anillo volvería a impactar con la caja y la movería en dirección contraria con la misma fuerza que antes. El resultado sería una caja que se movería hacia delante y hacia atrás constantemente.
Pero, ¿y si la masa del anillo no fuese siempre la misma? En concreto, ¿y si la masa del anillo fuese mayor en un extremo de la caja que en el otro? Si eso fuese posible, la fuerza en un extremo sería mayor, por lo que la caja avanzaría sólo en una dirección; la fuerza en dirección contraria sería más pequeña y no afectaría a la aplicada inicialmente.
Ahora repite ese proceso una y otra vez, y cada ciclo aumentará la velocidad de la caja; en teoría, hasta velocidades cercanas a la de la luz.
La cuestión, claro está, es cómo cambiar la masa del anillo interno dos veces en cada ciclo. Aquí es donde entra la teoría de la relatividad de Einstein, que dice que los objetos ganan masa conforme se acercan a la velocidad de la luz.
Ahora, en vez de un anillo, imaginemos algo que pueda acercarse a esa velocidad, como un acelerador de partículas circular. Si en un extremo se aceleran los iones hasta velocidades cercanas a la de la luz, y en el otro extremo se desaceleran, tendríamos más masa en un extremo que en el otro. Aún más, podemos simplemente eliminar la caja y la barra, y hacer un acelerador de partículas en forma de hélice para conseguir el mismo efecto.
Un proyecto que es sólo teórico, por ahora
Si la explicación te ha dado dolor de cabeza, no eres el único. Pero la clave es que, al menos en teoría, eso permitiría crear un motor que acelerase constantemente hasta velocidades cercanas a la de la luz.
No sería fácil, ojo. Un motor helicoidal de unos 200 metros de longitud y 12 metros de diámetro sólo generaría suficiente empuje para pulsar la tecla de un teclado. Pero con el suficiente tiempo, y en un entorno con baja fricción como el espacio exterior, Burns afirma que tendría potencial.
Pese a ser ingeniero de la NASA, este es un proyecto personal y por lo tanto no está apoyado por la NASA, ni significa que la agencia lo vaya a hacer realidad. Además, el propio Burns reconoce que aún quedan muchos detalles por terminar, como la eficiencia del motor o la manera de capturar la energía perdida en forma de calor y radiación.