A menudo conocemos dispositivos que, perfectamente, podrían estar presentes en las novelas de ciencia ficción de tu escritor favorito. Y es que en muchas ocasiones la realidad supera a la ficción con creces.
Pese a ello, aún no hay robots capaces de sustituir al ser humano en cosas tan primarias y esenciales como dar un abrazo. ¿Tendremos algún día momentos tan íntimos como ese con un robot?
Una artista parece pensar que sí es una posibilidad real, ya que ha creado una máquina capaz de abrazar como si de un oso se tratase. ¡Os contamos cómo funciona este extraño dispositivo!
¿Serán así los abrazos del futuro?
Lucy McRae, una artista estadounidense, ha desarrollado una máquina futurista que tiene como objetivo "dar a los humanos grandes abrazos". McRae ha decidido llamarla "Compressión Carpet", lo que en castellano podría traducirse como "alfombra de compresión".
La utilización del término compresión tiene mucho que ver con cómo funciona la máquina. Ésta tiene una manivela que una persona debe accionar mientras otra se tumba en el interior del dispositivo. Tras darle a la manivela, la máquina se cerrará lentamente alrededor del que esté dentro, explican en Dezeen.
La Compression Carpet ofrece a los usuarios un abrazo de cuerpo completo, más o menos como si nos estuviese abrazando un oso gigante. Según McRae, puede ayudar a relajarse a los usuarios. La artista se pregunta si el contacto mecánico algún día podrá sustituir al físico con los humanos.
El medio citado recoge el testimonio de uno de los afortunados que pudieron probar la máquina. Éste afirma que fue una experiencia tranquilizadora, como si estuviese abrazando a "un amigo con el doble de su tamaño".
Pese a esas buenas sensaciones, observando el Compression Carpet nos entra un poco de angustia, parece que el que está dentro es una especie de gusano que no puede moverse. Quizás no sea apto para claustrofóbicos.
¿Tendrá razón McRae? Vemos complicado cambiar un abrazo humano por uno robótico, aunque sí que podría servir en ciertas situaciones. No olvidemos que no todo el mundo tiene la suerte de tener en su hogar personas a las que abrazar.