Según algunas predicciones de principios del siglo XX, a estas alturas todo el mundo debería tener su traje volador e ir a todas partes volando. Lamentablemente, estas predicciones no suelen cumplirse, al menos no totalmente.
Porque ya existe la tecnología para crear trajes voladores, es sólo que es demasiado cara, grande y pesada como para que su comercialización resulte factible. Es lo que lleva un par de años demostrando el inventor británico Richard Browning.
Si sueles leer Omicrono, puede que lo reconozcas como "el del traje de Iron Man". La comparativa de su traje volador con la armadura del superhéroe es muy evidente, pero eso no significa que Browning no esté dispuesto a abrazar la idea, y en más de una ocasión se ha puesto un disfraz semejante.
El traje volador que ha batido el récord del mundo
Ahora Browning ha batido otro récord que lo acerca más a Tony Stark: el de velocidad. Durante unos minutos, en el muelle de Brighton Pier en Inglaterra, una figura alada pasó a toda velocidad a pocos metros del agua, con un estruendo que no podría provocar ningún animal.
Eran las cuatro turbinas, dos en cada mano, que no solo estaban manteniendo a Browning en el aire, sino que lo estaban propulsando a velocidades superiores a las que alcanzamos en nuestro coche en las autopistas.
La cifra se quedó finalmente en los 136,891 kilómetros por hora, una auténtica locura de esas que pueden acabar muy mal. Es una cifra incluso más impresionante si tenemos en cuenta que el anterior récord se quedó en "sólo" 52 km/h, y que lo consiguió el año pasado.
En algo más de un año, Browning ha conseguido mejorar su sistema, que consiste en una mochila de combustible que hacen funcionar dos turbinas en cada brazo; de esta manera, es posible controlar los movimientos en el aire con gran precisión. Para esta prueba, Browning se puso un traje aéreo como los que se usan en algunas formas de paracaidismo; eso le ayudó a mantener la estabilidad a estas velocidades.
Este no es el único proyecto que quiere hacernos volar. El inventor Franky Zapata ideó una tabla voladora, que libera los brazos. Estos aparatos son especialmente interesantes para el uso militar, y ya se han desarrollado armas de fuego adaptadas. Por el momento Browning se conforma con el récord de velocidad, pero la verdadera duda es si llegará antes a los militares o a los civiles.