Cuando nos enfrentamos a un problema tecnológico en general o informático en particular, el reinicio es la primera cura que se nos ocurre. Tenemos diferentes tipos reinicios: el más suave utilizando la función integrada en el sistema operativo al más extremo tirando del cable de alimentación en un PC o sacando la batería del smartphone. Los dos últimos no le sentarán muy bien a tu equipo así que vamos a centrarnos en el primero.
Es un remedio de los denominados "de andar por casa". Y a la vez la primera solución que nos daría un informático tras plantearle la inmensa mayoría de los problemas cotidianos a los que irremediablemente nos tenemos que enfrentar. Un smartphone lento, un PC que se traba al conectarse a una red WiFi, un router que deja de darnos conexión a internet o un wearable que se ha vuelto loco.
Como todo en informática, el reinicio tiene su lógica y que se arreglen casi todos nuestros fallos también. Vamos a conocer todo lo que ocurre en un reinicio y por qué funciona esta medida tan simple como dar un par de clicks.
Los errores que bloquean nuestro dispositivo
Los errores más comunes no suelen ser culpa del usuario. Normalmente, y según cuenta Robert Clarisó, profesor de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación en la Universidad Oberta de Cataluña, suelen ser por problemas derivados de la programación del software.
Uno de los causantes de bloqueos es que una aplicación consuma más recursos de la cuenta y llegue a ralentizar tanto el ordenador que se vuelva insufrible. También puede ocurrir que un programa intente acceder a una parte de la memoria que no había solicitado o que había decidido liberar. También existen problemas propios del desarrollo del sistema operativo que podría bloquear recursos permanentemente, por ejemplo.
Lo anterior se puede aplicar a principalmente al entorno del PC. En el segmento smartphone, con sistemas operativos más cerrados, es más complicado instalar algún software malicioso. Todas las aplicaciones descargadas de las diferentes tiendas tienen que pasar estrictos filtros de seguridad para evitar estas situaciones.
Lo que sí podemos notar en un smartphone es la lentitud a medida que nos acercamos al límite de memoria del dispositivo. En los terminales con pocos recursos de memoria es muy común llenarla y que comience a ir lento. En este caso un reinicio no ayudará mucho y poco más podemos hacer salvo ir borrando archivos.
La efectividad de reiniciar
Una vez conocemos por encima los principales problemas que pueden ralentizar nuestro ordenador, vamos a conocer por qué es tan efectivo. Clarisó indica que el reinicio arregla varios tipos de problemas a la vez: programas que se quedan en bucle, problemas de uso de memoria y los que ocurren tras la combinación de circunstancias poco habituales.
Estos últimos no se volverán a repetir, pero si tenemos algunos programas problemáticos los dos primeros pueden volver a aparecer. En el caso de los smartphones la cosa es muy similar. El reinicio solucionará algunos problemas circunstanciales a nivel de aplicaciones o cobertura.
El reinicio no se limita a estos dos formatos. En nuestra casa podemos tener decenas de dispositivos tecnológicos más o menos avanzados que puedan requerir de reinicio. Otro caso clásico es el de los routers. Estos pequeños aparatos que nos proveen de internet en nuestro hogar pueden dejar de funcionar correctamente tras meses de uso ininterrumpido.
La mejor forma de reiniciar un router o cualquier otro dispositivo tecnológico es, una vez apagado, dejarlo unos 10 segundos en reposo sin volver a reiniciar. Esto es debido a que en ocasiones hay condensadores u otros componentes electrónicos que retienen energía durante un periodo corto de tiempo. Dejando estos 10 segundos de gracia nos aseguramos que todos el equipo se queden sin corriente, según informa Movistar en su blog.
Lo que no arreglará el reinicio
Los principales problemas que nunca arreglará un reinicio son los relativos al hardware. Una memoria RAM defectuosa, un disco duro en las últimas o un procesador a punto de decir adiós. Son los tres pilares en los que se apoya el funcionamiento de un ordenador y si alguno falla tendremos problemas.
Tampoco será el remedio para los problemas de configuración del registro ni de los ficheros del disco. Ya que, al reiniciar, se volverá a cargar exactamente lo mismo y a reproducir el mismo fallo.
Por último, los malware (o programas maliciosos) tampoco se desinstalarán con un reinicio al uso. Para este último caso nos tendremos que plantear formatear el equipo. Dejarlo como recién sacado de la caja el primer día soluciona todos los fallos de software por graves que sean y es una excelente forma de "reestrenar" el dispositivo.