Los discos duros mecánicos (HDD) no están pasando por el mejor de los momentos. Desde hace varios años se han visto superados por los discos duros sólidos para el sector más generalista. La inmensa mayoría de los ordenadores que encontramos hoy en día apuesta por el formato sólido (SSD) como primera opción relegando al mecánico a un segundo plano.
La informática avanza a pasos agigantados y el abaratamiento de componentes es una de sus grandes bazas. Tecnologías recién salidas del horno hoy mismo pueden valer la mitad en un par de años siendo accesibles para el gran consumo.
Hasta no hace mucho, el rey del almacenamiento era el disco duro mecánico. Pocas marcas y fabricantes de ordenadores apostaban por discos duros sólidos para sus gamas bajas y medias. Este hecho está cambiando a pasos agigantados y lo común es encontrarse con SSD o una combinación de ambas tecnologías.
Por qué elegir un SSD o un HDD
La característica que más salta a la vista cuando pasamos de un HDD a un SDD es la rapidez. El disco duro sólido tiene, en la inmensa mayoría de ocasiones, mejores especificaciones de rapidez de escritura y lectura de datos; traduciéndose en un ordenador mucho más ágil que recortará varios segundos en tareas tan complejas como el arranque.
Por el contrario, los beneficios que aporta un disco duro mecánico es la longevidad y el coste por gigabyte. Estas dos patas las tenemos que tener en cuenta si queremos comprar un nuevo ordenador. Los discos duros SSD de más de 1 TB son todavía muy caros y si necesitamos almacenar muchos datos tendremos que optar por un HDD (o dejarnos una pequeña fortuna).
Una de las configuraciones (sobre todo para ordenadores de sobremesa) que mejor nos funcionará es la combinación de ambos. Un SSD donde tener instalado el sistema operativo y almacenados los datos que más utilicemos (documentos en los que estemos trabajando, proyectos de Photoshop, AutoCAD...). Dejando el HDD para almacenamiento bruto de archivos que no requieran de una alta velocidad de transferencia (películas, fotos, música...).
La estrepitosa caída de los HDD
Los fabricantes de discos duros mecánicos no pasan por su mejor momento. Se han visto superados en el importante mercado generalista y se han topado con los límites intrínsecos que tiene su tecnología. Su uso se está viendo relegado a algunas aplicaciones más específicas como las que hemos mencionado antes o a los servidores de almacenamiento.
Los datos que hemos conocido sitúan la caída en un 50% desde el primer trimestre del 2012 al último trimestre del recién finiquitado 2019. En concreto, desde los 145 millones de unidades servidas en la primera medida hasta los poco más de 75 millones de la última, según datos recogidos por TrendFocus.
Por compañías, las tres gigantes del almacenamiento no se salvan de la caída. Seagate se deja un 15% interanual, Western Digital cae un 3% interanual y Toshiba hace lo propio con un 24%. Este tridente cuenta con líneas de negocio en formato SSD que sube como la espuma y han sabido adaptarse a las nuevas tecnologías.