Cómo elegir bien una televisión: cinco claves en las que fijarte
Decidir qué televisión es la mejor opción es complicado, ¿qué tenemos que tener en cuenta antes de comprarla?
24 enero, 2020 03:26Noticias relacionadas
La elección de una nueva televisión es una ardua tarea que nos puede llevar horas o incluso días. Las decenas de modelos de cada marca y las diferentes tecnologías que tienen cada uno solo complican más el desembolso de una importante cantidad de dinero.
La televisión es un electrodoméstico que solemos comprar para conservarlo durante muchos años. A diferencia del concepto que tenemos con los smartphones, una televisión puede durar fácilmente 8 años sin que quede demasiado obsoleta en funciones.
Algunos de los detalles en los que tenemos que fijarnos pasan por el tipo de panel que monta, el sistema operativo que equipa, si tiene barra de sonido incorporada... Demasiados factores importantes como para dejarlos al azar y que pueden condicionar la experiencia de usuario.
El tamaño sí importa
El principal factor, con permiso del económico, que debemos tener en cuenta es el tamaño de la tele. Seguro que nos hemos encontrado salones o cocinas con televisiones enormes y una distancia demasiado pequeña hasta la pantalla. Provoca una sensación de agobio importante y un desaprovechamiento notable.
También puede suceder lo contrario: quedarnos cortos. Si no es por un motivo económico, una televisión demasiado pequeña para nuestra distancia hace que nos perdamos muchos detalles. La OCU realizó un estudio en 2016 con 25 participantes para conocer qué distancia era la adecuada según las pulgadas de la televisión.
- Televisión de 32 pulgadas: de 1,5 a 2,3 metros.
- Televisión entre 40 y 43 pulgadas: de 2 a 2,8 metros. .
- Televisión entre 46 y 49 pulgadas: de 2,4 a 3,2 metros.
- Televisión de 50 pulgadas: de 2,5 a 3,3, metros.
- Televisión de 55 pulgadas: 2,8 a 3,6 metros.
- Televisión de 65 pulgadas: entre 3,4 y 4,2 metros.
Las medidas proporcionadas por la OCU son orientativas y habría que tener en cuenta también la distancia al suelo. Si la televisión va a estar colgada de una pared o elevada la distancia aumenta y podemos escalar alguna pulgada más. Lo mejor para dar con la medida perfecta personal es acudir a una tienda donde tengan diferentes distancias y probar in situ.
LED vs OLED
En los últimos años han nacido diferentes tecnologías de paneles capaces de ofrecer experiencias de usuario de todo tipo. La más común hoy en día son los paneles LED. Esta tecnología ilumina con LED un panel LCD (de cristal líquido) que es el que aporta el color a la imagen. Cuantos más LED tenga nuestro panel más zonas lograrán una iluminación óptima y tanto el contraste como los colores serán mejores.
Si queremos una televisión de menos de 55 pulgadas nos será imposible encontrarlas con tecnología OLED. La coreana LG lleva trabajando un tiempo con paneles menores pero, por el momento, no hay nada en el mercado. Así que tan solo nos queda optar por una televisión LCD con iluminación LED. Si nos encontramos en esta situación se nos abre una nueva disyuntiva: IPS o VA.
En los paneles IPS, los píxeles están alineados de forma horizontal respecto a la pantalla. Proporcionan un excelente ángulo de visión lateral y será perfecto si vamos a ver la tele desde diferentes ángulos y no queremos perder calidad. En cuanto a los VA, ofrecen negros más profundos y blancos más intensos aún perdiendo en ángulo.
Si nuestra elección es de una pantalla de 55 pulgadas o superior podemos adquirir una televisión OLED. Esta tecnología prescinde de un panel LCD que proporcione color y son los propios LED los que hacen todo el trabajo de iluminar y dotar de color a la imagen. Hay que optar por este tipo de televisiones si el dispositivo no va a estar encendido todo el día con imágenes estáticas (como los logos de las diferentes cadenas de televisión).
Con imágenes estáticas, los paneles OLED se terminan quemando y quedará la huella de forma perpetua. En cambio, consiguen un contraste de colores y una pureza de negros inalcanzable para cualquier tecnología LCD-LED. Son las ideales para el consumo de películas o series, teniendo en cuenta el problema de las imágenes estáticas.
Los fabricantes de paneles siguen trabajando desarrollando nuevas tecnologías como la mini-LED. Con ella, consiguen meter mayor número de LED para iluminar un panel LCD. Gracias a la mayor concentración se consiguen imágenes con más contraste dando una apariencia de OLED (sin serlo). Por el momento solo la china TCL tiene un modelo en el mercado a la espera de que más marcas adopten esta tecnología a lo largo del año.
Otra de las tecnologías que se viene es el llamado micro-LED. Se trata de la apuesta adoptada originalmente por Samsung en la miniaturización de de los LED para iluminar paneles LCD. Se consigue que cada LED ilumine un píxel de la pantalla LCD. Elimina de un plumazo los problemas que acarrea una LCD-LED (un solo LED ilumina a muchos píxeles de la LCD) y consigue acercarse a la calidad de los paneles OLED. Pero sin degradarse con el paso del tiempo y sin los problemas de las imágenes estáticas.
Se espera que este 2020 sea el año de los mini-LED y los micro-LED. Por el momento, con unos precios bastante altos debido a la tecnología empleada (muy nueva y muy cara), pero si el precio va a limitarnos y no nos corre prisa la compra de una nueva tele debemos esperar a la evolución.
En cuanto a la resolución, estamos en el momento del 4K. Se ha convertido prácticamente en un estándar para televisiones medianas relegando el FullHD para las más pequeñas de cada familia. Acaban de irrumpir los paneles con resolución 8K, pero todavía no hay mucho contenido preparado en ese tamaño de imagen así que es más una apuesta a futuro que algo provechoso a día de hoy.
Otro de los puntos a tener en cuenta es el HDR (acrónimo de alto rango dinámico, en inglés) que potenciará el contraste de colores. La gran mayoría de las televisiones que podemos encontrar hoy de gama media o superior tienen una versión de HDR incorporada. El último estándar abierto es el HDR10+ y permite, sobre el papel, brillos de hasta 4.000 nits. El competidor al HDR10+ es el Dolby Vision. En esta ocasión nos encontramos con un estándar de pago, con mayor profundidad de color y que permite hasta 10.000 nits de brillo (aunque todavía ningún televisor puede reproducirlo).
Sonido
El audio es la otra parte más importante para disfrutar de cualquier contenido. Las marcas suelen proveer de una calidad de audio mediocre en su gama de entrada o gama media, lo que nos conduce a tener que comprar una barra de sonido para mejorar la experiencia.
Existen barras de sonido de todo tipo y gama de precios. Algunas incluso utilizan la inteligencia artificial para estudiar el entorno y ofrecer la mejor distribución sonora. Otras ofrecen tecnologías integradas como Dolby Atmos o DTS:X capaces de dar la sensación de tener un home cinema completo en un formato mucho más reducido.
Cuando vamos escalando de una gama a otra, las marcas procuran ofrecer un sonido excelente incorporado con la televisión que puede ahorrarnos tener que pasar por caja de nuevo. El ejemplo perfecto es Philips en su renovada gama con audio firmado por B&W o LG que incorpora barras de sonido en algunas de sus televisiones.
Estas tecnologías integradas ofrecen buenos resultados pero no consiguen ser equipos de altas prestaciones. Lo que está claro es que si queremos disfrutar de un buen audio tendremos que optar por instalar un equipo de home cinema completo que sea capaz de reproducir todas las frecuencias y canales independientes.
Conectividad
Uno de los aspectos que más solemos pasar por alto es la conectividad de nuestras televisiones. En equipos de gama media es muy común encontrar conexiones inalámbricas como Bluetooth o WiFi, pero los puertos físicos siguen siendo muy importantes.
Aunque cada vez menos, la televisión sigue siendo el centro de ocio familiar por excelencia. La consola, el Blu-Ray, el Amazon Fire TV Stick o el ordenador son solo algunos de los dispositivos que pueden estar conectados al mismo tiempo. Además de la necesaria conexión a internet.
El número de puertos HDMI es tan importante como el tipo de conexión que es. Por ejemplo, los HDMI 2.0 son el estándar más utilizado actualmente pero también será el que quede obsoleto más pronto. En las televisiones nuevas, lo más normal es encontrarnos con el estándar HDMI 2.0b que permite tasas de transferencia de hasta 18 Gbps, 32 canales de audio e imagen 4K HDR de hasta 60 fps. Para conexiones más avanzadas es necesario el estándar HDMI 2.1, que consigue hasta 48 Gbps, vídeo en 8K a 60 fps o en 4K a 120 fps.
Será muy interesante contar con puertos USB 3.0 para conectar discos duros externos o pendrives y reproducir nuestros fotos, vídeos o películas descargadas en un ordenador. Que sea 3.0 es lo primordial para garantizar una tasa de transferencia de archivos mínima para disfrutar de contenido en 4K.
A parte del Bluetooth, también es importante que nuestra televisión cuente con una tecnología de WiFi de alta capacidad. Los contenidos en 4K exigen de anchos de banda muy importantes y tener una tarjeta de red mala puede acarrear bastantes problemas. Nos tenemos que fijar en si es WiFi AC o el puerto físico Ethernet venga firmado por Gigabyte.
La televisión inteligente
Lo último, pero no por ello menos importante es el sistema operativo de nuestra televisión. Las smart TV ya han alcanzado todas las gamas de precios y se han convertido en dispositivos multimedia muy avanzados. Por ejemplo, podemos instalar aplicaciones como YouTube, Netflix, Spotify para consumir contenido multimedia o incluso apps de noticias para mantenernos informados.
Muchas de las marcas recurren al sistema operativo Android TV. Propiedad de Google, se ha establecido como uno de los estándares más importantes de la industria al igual que su homólogo para smartphone. Existe una tienda de apps muy variada donde podemos encontrar hasta juegos con los que pasar el rato.
Por el contrario, otras marcas optan por desarrollar sus propios sistemas. Es el caso de Samsung o LG. Las dos gigantes coreanas tienen su propio software que actualizan con regularidad e incorporan una tienda propia.
Es importante conocer qué sistema operativo tiene nuestra televisión pues condicionará las cualidades inteligentes. Nuestra recomendación para no quedarnos colgados es elegir Android TV o bien una de las propuestas independientes de Samsung o LG que nos garanticen una masa de usuarios muy grande para que las compañías desarrollen sus apps.