Los fósiles, las tumbas y los yacimientos arqueológicos nos permiten hacernos una idea de cómo era la vida hace cientos, miles o millones de años; pero nunca será lo mismo que estar allí, por supuesto.
Por mucho que podamos elucubrar en base a los descubrimientos que hagamos, hay detalles que se escapan, algunos nimios, otros muy importantes. Por ejemplo, el sonido, que normalmente se pierde para siempre.
¿Cómo sonaban los animales prehistóricos? ¿Cómo hablaban en las civilizaciones caídas? Es un misterio, aunque ahora una nueva investigación de la Universidad de York en Inglaterra revela que al menos es posible recuperar parte del sonido de otras eras.
El sonido del pasado
El equipo de arqueólogos e ingenieros ha conseguido recrear la voz de un sacerdote egipcio, que vivió hace tres milenios, usando una laringe impresa en tres dimensiones. El proyecto nació cuando el ingeniero David Howard demostró un modelo parecido, una especie de instrumento musical inspirado en los órganos humanos capaz de reproducir sonidos como el de una voz humana.
El arqueólogo John Schofield inmediatamente se dio cuenta del potencial de esta tecnología; se preguntó si podía ser usada para recrear las voces del pasado, pero se dio cuenta de que eso sólo era posible si había una laringe real en la que basarse.
El problema está en que la laringe es tejido blando, que decae rápidamente después de la muerte del individuo; así que hay pocas muestras de ese órgano disponibles. Hay una excepción, por supuesto: las momias. El proceso de momificación permite preservar estructuras blandas durante miles de años si se hace bien y las condiciones son correctas.
El candidato perfecto era Nesyamun, un egipcio que vivió durante el reinado de Ramsés XI. Trabajaba como escriba y sacerdote hasta que murió a los 50 años; su cuerpo momificado fue descubierto en 1824, y desde entonces se ha convertido en una fuente inagotable de información sobre la vida en el Antiguo Egipto.
El equipo liderado por Schofield y Howard se centraron en esta ocasión en su garganta, realizando escáneres tomográficos con los que descubrieron una cierta cantidad de tejido blando; el suficiente para medir las dimensiones que hubiera tenido en vida.
La voz de una momia egipcia
En base a estas mediciones, el equipo realizó algunas modificaciones, especialmente en la parte inferior de la laringe para poder conectarla a un altavoz; este reproduciría el sonido del habla en base a un algoritmo de síntesis de habla.
Los cambios fueron necesarios porque, en un humano, el sonido de la voz se produce por la vibración del aire al pasar por las cuerdas vocales desde los pulmones. La réplica impresa en 3D que crearon en realidad cumple las funciones tanto de los pulmones como de las cuerdas vocales, para que cuando el sonido salga del altavoz este sea modificado tal y como sonaría en una laringe real.
El resultado es sorprendente, si bien es difícil decir hasta qué punto se parece a la voz real de Nesyamun. Los propios creadores de este aparato advierten que se han basado en la forma de la laringe tal y como la dejaron hace 3.000 años, y que puede haber diferencias; por ejemplo, el sonido varía si estamos de pie o tumbados, como es el caso de la momia. Además, los científicos no pudieron reproducir la lengua, ya que es demasiado pequeña, y el paladar se perdió para siempre.
Aún así, el sonido generado es impresionante teniendo en cuenta las limitaciones, y nos hace pensar en cómo sería esta persona que murió hace tantísimas generaciones. Y esto puede ser solo el principio; los investigadores creen que cambiando la forma de la laringe sería posible generar otros sonidos, incluso hacer que hable, pero por el momento sólo han generado un sonido a medias entre nuestra "e" y "a".