La rapidez con la que Tesla parece ser capaz de montar fábricas en medio de la nada y empezar a producir nuevos coches es sorprendente. Apenas un año fue suficiente para que la giga-fábrica de Shanghái iniciase la producción de nuevos Model 3, algo que ha permitido a la compañía recuperar versiones abandonadas.
Después de Shanghái, Tesla quiere repetir el milagro en Berlín. El objetivo de la nueva fábrica será producir tanto el Model 3 como el nuevo Model Y, cuyo lanzamiento se espera en apenas unas semanas.
Sin embargo, no todo es de color rosa en la vida de Tesla; ir tan rápido tiene sus consecuencias, aunque no necesariamente por culpa de la compañía. De hecho, es esta velocidad inaudita la que ha despertado sospechas que han terminado en la paralización de la primera fábrica europea de Tesla.
La fábrica europea de Tesla continúa
En efecto, esta semana no ha sido muy productiva para Tesla, que ha tenido que parar la tala de árboles para hacer sitio para la fábrica en la región del bosque de Grüenheide; una localización que se ha elegido por ser cercana a la capital alemana, y una elección que ha sido polémica desde el principio.
La reacción en el municipio de apenas 8.000 habitantes a la llegada del fabricante estadounidense ha sido muy variada; desde los que agradecen nuevas oportunidades de trabajo a los que critican el impacto medioambiental que puede tener la producción de vehículos. En concreto, las principales quejas se han centrado en la demanda de agua que tendrá la fábrica (y en cómo puede afectar al municipio), así como en la tala de 92 hectáreas de bosque.
Pese a estas quejas, la aprobación de la construcción de parte de los gobiernos locales fue bastante rápida, y apenas dos meses después de anunciar sus intenciones, Elon Musk recibió cumplió todo el papeleo necesario.
Por una vez, la velocidad en los asuntos de gobierno ha sido motivo de crítica, despertando sospechas entre algunas organizaciones de trato de favor hacia Tesla.
La semana pasada, grupos locales de defensa del medioambiente como la Liga Verde de Brandenburgo consiguieron que un tribunal alemán paralizase la tala de árboles prevista para esta semana. La medida cautelar se tomó para considerar las objeciones de los grupos ecologistas antes de que sea demasiado tarde.
Los árboles no son el bosque
Curiosamente, no es una decisión que haya calado bien entre todos los ecologistas. La vicealcaldesa de Berlín y miembro delPartido Verde Ramona Pop ha lamentado las acciones de la Liga Verde, afirmando que "no siempre tienes que estar contra todo". Ha defendido la tala realizada por Tesla porque en realidad, los árboles no son originalmente del bosque de Grüenheide, sino que son pinos plantados por el anterior propietario del terreno. Ha declarado que es "absurdo" comparar una plantación de pinos con los árboles propios del bosque.
En todo caso, Tesla no tendrá que pelear para demostrarlo: el tribunal alemán ha dado luz verde a que continúe la tala, ya que considera que las autoridades siguieron todos los pasos necesarios para la aprobación de la construcción de la fábrica.
Tesla también ha prometido que plantará más árboles en otra localización para compensar por los talados; aunque estos no sean del bosque, los animales y otras plantas los habían asimilado como tal. Además, el gobierno local también ha iniciado un nuevo plan de infraestructuras para garantizar el suministro de agua.
Es difícil decir cómo una semana de retraso puede afectar al lanzamiento de los primeros Tesla fabricados en Europa, pero con los plazos que se ha marcado la compañía, esto no habrá ayudado.